El Vaticano y las Olimpiadas
De la pequeña nota de 1896 al apoyo de San Pío X
Ya en los primeros años del movimiento olímpico la Iglesia se dio cuenta de su importancia en la cultura moderna.
L´Osservatore Romano de este viernes en que se inauguran los Juegos Olímpicos de Londres 2012 dedica un amplio espacio al evento, y entre las menciones históricas resaltan dos que marcan la evolución con que la propia Iglesia consideró el nacimiento de este fenómeno deportivo.
"Una acontecimiento local"
El diario vaticano reproduce, por ejemplo, la pequeña nota con la que hace más de un siglo saludó la celebración de las Olimpiadas de Atenas de 1896, primeras de la época moderna. Fue en el número del 7 y 8 de abril de ese año, y es una columna de apenas trescientas palabras que da cuenta de lo que denomina "un acontecimiento local" que distrae la atención de "los griegos" respecto a otros problemas. Se trata de renovar "la gloriosa epopeya de la antigua Grecia" en su "realidad viva y palpitante, embellecida por las figuras y hallazgos del arte moderno". L´Osservatore de aquel día elogia la grandiosidad del estadio para 70.000 personas que albergará los Juegos.
En Roma, ¿por qué no?
Doce años después, las cosas habían cambiado. El diario que dirige Giovanni Maria Vian presenta un libro sobre San Pío X y el deporte donde se explica que el Papa Giuseppe Sarto figuraba entre los partidarios de que los Juegos se celebrasen en Roma. Los de 1908 fueron en Londres, y la Ciudad Eterna tuvo que esperar hasta 1960, pero no por falta de voluntad de aquel Pontífice. Las Memorias del barón Pierre de Coubertin desvelan que San Pío X había apoyado con firmeza que la capital espiritual del mundo lo fuese también del deporte, e incluso el padre del movimiento olímpico mantuvo reuniones con la Santa Sede con ese motivo. Al final, el primer ministro Giovanni Giolitti retiró la candidatura romana por razones económicas.
Según el prefacio del libro citado, Pío X, las Olimpiadas y el deporte, de Antonella Stelitano, Quirino Bortolato y Alejandro Mario Diéguez, que han podido acceder a documentación del Archivo Secreto Vaticano, San Pío X "intuyó en el deporte, cuando estaba sólo in fieri, una nueva dimensión de las relaciones sociales, destinada a convertirlo en uno de los fenómenos de masas más relevantes del siglo XX".
"Una acontecimiento local"
El diario vaticano reproduce, por ejemplo, la pequeña nota con la que hace más de un siglo saludó la celebración de las Olimpiadas de Atenas de 1896, primeras de la época moderna. Fue en el número del 7 y 8 de abril de ese año, y es una columna de apenas trescientas palabras que da cuenta de lo que denomina "un acontecimiento local" que distrae la atención de "los griegos" respecto a otros problemas. Se trata de renovar "la gloriosa epopeya de la antigua Grecia" en su "realidad viva y palpitante, embellecida por las figuras y hallazgos del arte moderno". L´Osservatore de aquel día elogia la grandiosidad del estadio para 70.000 personas que albergará los Juegos.
En Roma, ¿por qué no?
Doce años después, las cosas habían cambiado. El diario que dirige Giovanni Maria Vian presenta un libro sobre San Pío X y el deporte donde se explica que el Papa Giuseppe Sarto figuraba entre los partidarios de que los Juegos se celebrasen en Roma. Los de 1908 fueron en Londres, y la Ciudad Eterna tuvo que esperar hasta 1960, pero no por falta de voluntad de aquel Pontífice. Las Memorias del barón Pierre de Coubertin desvelan que San Pío X había apoyado con firmeza que la capital espiritual del mundo lo fuese también del deporte, e incluso el padre del movimiento olímpico mantuvo reuniones con la Santa Sede con ese motivo. Al final, el primer ministro Giovanni Giolitti retiró la candidatura romana por razones económicas.
Según el prefacio del libro citado, Pío X, las Olimpiadas y el deporte, de Antonella Stelitano, Quirino Bortolato y Alejandro Mario Diéguez, que han podido acceder a documentación del Archivo Secreto Vaticano, San Pío X "intuyó en el deporte, cuando estaba sólo in fieri, una nueva dimensión de las relaciones sociales, destinada a convertirlo en uno de los fenómenos de masas más relevantes del siglo XX".
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