El cantautor navarro Hervé Alústiza publica su quinto cuento de Navidad: «La paloma colombina»

La Navidad es una época muy especial y más, si hablamos de los niños. Unas semanas en las que se vive con mucho cariño, magia e ilusión el nacimiento de Jesús en el portal de belén. Hervé Alústiza es cantautor de libros de Navidad infantiles y acaba de estrenar su última obra.

"El personaje principal de cada cuento lo que hace es que vive una dificultad, hay alguno que tiene un ala rota o que se pierde por el camino y al final, cuando llegan al niño Jesús, le ayuda a superar esa dificultad, entonces es una manera de vivir la fe y de entender el sentido religioso y vivir con la ternura de Jesús, pero sobre todo, vivir en él y con él", dice Alústiza sobre sus libros de Navidad.

Hervé comenzó a escribir cuentos en la Navidad de 2020. Todo empezó después de que él y su hijo escribieran como regalo el cuento Y corrieron hacia Belén a su mujer. Más adelante salió a la venta. Ahora ya tiene 5 libros. La paloma colombina acaba de estrenarse.

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Este último cuento trata de cómo una pandilla amiga de niños juega cada día y se lo pasa fenomenal y comparte lo que tiene hasta que un día unos arqueros con unas flechas de humo y fuego incendian todo y se tienen que ir de su pueblo, y se meten en una cueva, y cuando están dentro de la cueva, les sorprende un extraño canto: “cucurrucucu!”, y ahí es cuando descubren a la maravillosa paloma colombina, que no sabremos si llegarán a Belén y cómo y si descubrirán a algunos magos o alguna estrella por el camino.

Hervé utiliza el método kamishibai, una técnica japonesa en la que narra sus historias combinando ilustraciones y narración. Hervé utiliza también la música. Junto con su hijo Giusseppe, canta a los niños para animar las lecturas de los cuentos. Una serie de cuentos para disfrutar en familia y con los que aprender el sentido religioso del nacimiento del niño.

-Hervé Alústiza, eres un artista polifacético: cantas, escribes, ilustras y actúas para diferentes públicos. ¿Qué te inspira a crear y cómo influye tu vida cotidiana en tu arte?

-Desde pequeño tengo una fuerza en el corazón que necesita expresarse más allá de las palabras y los gestos cotidianos. Y, al mismo tiempo, la vida misma es mi motor. Trabajo con personas ancianas: sabios que han vivido intensa y plenamente la vida. A su lado, percibes que al final, da igual si has hecho muchas o pocas cosas, lo importante es si las has realizado con amor.

-Has publicado cinco cuentos navideños, todos centrados en personajes que llegan al portal de Belén. ¿Eliges al personaje o te elige él a ti?

-Las ideas surgen de la "contemplaoración" en el portal de Belén durante el Adviento. Durante el mes de diciembre hago actuaciones con niños para presentar el cuento de ese año. Al mismo tiempo, voy dando forma a la historia de la próxima Navidad. Pero, por ejemplo, el año pasado me "invadió" una idea a última hora. Mi ilusión era que la Tierra de Jesús, que sigue en guerra, consiguiese la ansiada PAZ y se extienda por todo el mundo. El alma me pedía poner mi granito de arena.

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-¿Qué representa "La paloma Colombina" en este contexto?

-La paloma Colombina es quien recoge la PAZ de Jesús y la quiere llevar a todas partes. Es quien nos hace volar con ella, soñar con el deseo más inmenso desde nuestros corazones: EL AMOR. Representa el Espíritu Santo que revolotea sobre nuestras cabezas y nuestras almas.

-La Navidad parece ocupar un lugar privilegiado en tu obra. ¿Cómo se presenta un libro a niños si hoy en día cada vez leen menos?

-La verdad es que en todos los coles y librerías a los que he ido, los niños responden con un entusiasmo maravilloso. Suelo narrar los cuentos a través del Kamishibai, un teatro de papel japonés, que capta su imaginación prodigiosamente con las preciosas ilustraciones de Gema García Ingelmo que ha ilustrado los álbumes. Además, tengo la suerte de que me acompañan mi mujer y mi hijo, interpretando las canciones que he compuesto para cada cuento. Y armamos un buen lío, también con villancicos.

-También acuden a esas actuaciones muchos abuelos...

-Mi ilusión es unir generaciones en torno a la lectura compartida, en la que las ilustraciones y la narración crean momentos mágicos. La Navidad es el tiempo de familia por excelencia. Celebrar el nacimiento de Dios contemplándole a través de una historia leída en familia es una de las experiencias más bonitas y un recuerdo imborrable en los niños. Por eso, estos cuentos están pensados también para poder representarse.

-Con cinco cuentos ya publicados y un nuevo proyecto cada año, ¿cómo enfrentas el reto de mantener frescura e innovación en tus historias navideñas? ¿Dónde encuentras la inspiración para no repetirte?

-Cada año es un desafío y da cierto vértigo. Pero al mismo tiempo, como decía antes, es un empuje más grande para sumergirme en el Belén. Lo difícil es acallar el ruido, serenar la prisa, abajarse a la altura de un niño que mira con ilusión y esperanza al Niño Dios. Me da paz también saber que la fuente de inspiración es infinita. Al fin y al cabo, Dios es mi artista favorito. A Él no se le acaban las ideas. Quizás sea sólo cuestión de escucharle. Y de seguir soñando con compartir lo que he descubierto.

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