Una película que gusta en la Curia
¿Y si el Vaticano participase en las Olimpiadas?
«A 100 metros del Paraíso» se estrena este viernes en Italia y en ella actúa el español Jordi Mollà.
¿Y si, cuando se inauguren el próximo 27 de julio las Olimpiadas de Londres, hiciese el desfile un equipo del Vaticano? Ésta es la hipótesis que plantea la película 100 metri dal Paradiso [A 100 metros del Paraíso], que se estrena este viernes en Italia y que, respetando la independencia del director, Raffale Verzillo, ha contado con cierto padrinazgo de la Santa Sede a través del consejo para algunas escenas del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales. Y, de hecho, este jueves L´Osservatore Romano le dedica media página elogiosa en líneas generales.
La película cuenta la historia de Mario, un antiguo atleta, interpretado por el español Jordi Mollà, que se siente frustrado por no haber logrado nunca una medalla olímpica. Parece que ese sueño, sin embargo, va a verlo realizado en su hijo, gran promesa del atletismo, hasta que un día el joven le dice que quiere ser sacerdote. Su padre, entonces, tenaz en su propósito, convence a un amigo suyo, monseñor Angelo Paolini (interpretado por Domenico Fortunato), para que a su vez convenza al Vaticano para que participe en unos Juegos Olímpicos en los que su hijo pueda ser triunfador. El sacerdote logra su propósito, y comienza entonces la aventura de reclutar, entre sacerdotes, religiosos y religiosas, los que tienen un pasado deportivo del que sacar partido a base de entrenamiento para que hagan un digno papel en las Olimpiadas.
Sin ofender a nadie
El diario vaticano destaca que es un film sin más pretensión que divertir al público, y señala que "los personajes de los religiosos nunca hacen sentir el peso o la severidad de su hábito talar, pero al mismo tiempo elementos aparentemente irreverentes, que en otro contexto habrían desembocado fácilmente en algún gag de mal gusto, aquí se insertan de forma en modo alguno extemporánea, gracias a una mano siempre ligera y sensible".
"En una historia que no hace de la verosimilitud su objetivo primario", continúa Emilio Ranzato en L´Osservatore, "la dialéctica interna en la Iglesia entre posiciones conservadoras y progresistas en materia de comunicación se representa sin embargo de manera creíble, aunque inevitablemente sucinta".
En otro artículo que completa la pieza, Gaetano Vallini señala que A 100 metros del Paraíso demuestra que "es posible tratar ese argumento con una mirada libre de prejuicios, de estereotipos instrumentales, de una voluntad denigratoria a toda costa", para "llamar la atención del espectador y divertirle sin herir ninguna sensibilidad" y "siempre con respeto", aunque a veces algunas escenas, afirma, estén en el límite: "Es tan ingenuamente inverosímil, que puede permitirse inventar sin parecer irritante o irreverente".
La recluta que se hace en la película de eclesiásticos ex deportistas dedicados a múltiples tareas de apostolado muestra, según el diario oficioso de la Santa Sede, una Iglesia "comprometida con el mundo y que lleva a Dios a los hombres, una Iglesia próxima y solícita ante las necesidades, que está entre la gente y se ensucia las manos".