Justicia para el 17-A. por Alberto Scheer Medina
por Wiederholen
Estoy indignado por los crímenes que cometen los sirvientes de Alá, los soldados del Califato, pero aún más con esos políticos europeos que colaboran a sabiendas, la mayoría de ellos, -y en el menor de los casos por ignorancia-, con los muyahidines (yihadistas) y permiten las mezquitas e imanes salafistas en sus territorios.
Con los yihadistas, por ser asesinos y querernos matar y destruir nuestra civilización judeo cristiana, pero ese es su deber y mandato religioso emanado de su deidad, Alá, y explicitado en su libro sagrado, el Corán, yihadistas que creen que les es recompensado en caso de muerte en la Yihad con las 72 huríes –esas vírgenes fornicadoras compulsivas-. Con los gobernantes y políticos europeos aún estoy más indignado porque pretenden justificar esos crímenes perpetrados en el altar del odio nihilista y supremacista del salafismo y yihadismo. El 17 de agosto de 2017 a las 17 horas [17-A] fueron asesinadas 14 personas en Barcelona y heridas más de 120 transeúntes por Las Ramblas, zona emblemática de esa hermosa ciudad marítima del sur europeo. Las autoridades políticas estaban advertidas por tantos y tantos Servicios de Inteligencia europeos, norteamericanos e israelíes de que se preparaba un atentado en la capital catalana, y en concreto en Las Ramblas y en esas fechas.
Las autoridades políticas de la Generalitat de Catalunya y las del Ayuntamiento de Barcelona, a pesar de las recomendaciones del Ministerio del Interior de España, no quisieron poner bolardos en este paseo tan emblemático y turístico ni en otros lugares susceptibles de ser atacados por esos devotos del Islam. Ni Catalunya [Cataluña] ni Euskadi [País Vasco] siguieron los consejos y advertencias, ¿Para diferenciarse del Estado Español? “Catalunya is different”? A pesar de las tristes experiencias en Niza, Jerusalem, Tel Aviv, París, Londres, Berlín y tantos otros lugares, con el agravante de que las revistas del Estado Islámico y de Al Qaeda ordenan a sus seguidores que atropellen al mayor número posible de “infieles” en las calles europeas.
No sólo eso, sino que además, las autoridades municipales de Barcelona permiten el paso continuo de buses por Las Ramblas, lo que si esos malvados yihadistas hubieran planificado con más tiempo y más cerebro perverso, habrían secuestrado, y asesinado el pasaje de buses, e invadido Las Ramblas en ambas direcciones causando mayor mortandad. De todo ello estaban advertidos los políticos gobernantes de Catalunya y de Barcelona, pero tanto los de la Generalitat como los del Ayuntamiento de la capital catalana pensaban que “Barcelona i Catalunya són terra d´acollida” [Barcelona y Cataluña son tierra de acogida] por lo que era imposible que eso pasase. Para esos políticos deberá ser “normal” y justificable que los yihadistas asesinen israelíes, parisinos, berlineses, bruselenses, moscovitas, neoyorkinos, bostonianos, ¡pero nunca catalanes ni barceloneses!, porque ellos discursean sobre la tolerancia y la acogida a los musulmanes, entonces, ¿para qué estropear la estética de las calles con esos armatostes de cemento? ¿Y para que preparar a la Guardia Urbana contra el terrorismo? debe pensar la alcaldesa de Barcelona. De ahí la nula acción de los policías municipales que no supieron impedir que la furgoneta que atropellaba a la gente circulara durante 600 metros, y que se detuvo únicamente por chocar contra un kiosco. Los policías en la zona en lugar de abatir al salafista yihadista que iba atropellando mortalmente, socorrían a los atropellados. Nula preparación ante un atentado, ya que es de manual eliminar al terrorista, como muy bien hizo el Mosso d´Esquadra que abatió en Cambrils a cuatro de ellos. Felicitaciones para ese Mosso d´Esquadra, héroe que ha evitado que fueran más personas asesinadas. Parafraseando a Putín: “perdonar a los yihadistas es cosa de Alá, enviarlos a él es cosa mía”.
Esa nula preparación de la policía municipal barcelonesa es imputable únicamente al gobierno izquierdista de Barcelona que ha ninguneado las advertencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que ha querido impedir que el Ejército hiciese maniobras sobre el terreno para prepararse para combatir el yihadismo y que tampoco ha permitido la preparación y formación antiterrorista de sus policías municipales, pero que si ha sabido cómo perseguir a los pisos turísticos y hacer campaña mediática para denigrar y frenar el turismo. Eso objetivo parece que desgraciadamente lo conseguirán los yihadistas. Ya el gobierno de la Generalitat insinuaba hace unos tres meses que la alcaldesa Ada Colau estigmatizaba el turismo y lo consiguió, el turismo pasó a ser el primer problema de los barceloneses según encuestas de hace menos de dos meses. ¡Gran clarividencia ciudadana!
Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, y su equipo gubernamental son como “el perro del hortelano, que ni come ni deja comer”. Pero con resultado de muerte.
Eso es un delito, ¿Pero quién someterá a juicio a tal dañino personaje?
Es la ciudadanía de Barcelona la que tiene que exigir una Comisión de Investigación llevada a cabo por expertos militares y policiales, como la profesional Guardia Civil, y someter a juicio a sus autoridades, y en caso de ser culpables, ser encarcelados.
Hace muy poco tiempo, el 14 de mayo de 2017, fue invitada a la III edición de la Feria Literaria de Barcelona, con el apoyo político y financiero del Ayuntamiento de Barcelona, Leila Khaled. Ésta es una famosa terrorista libanesa que explotó aviones, y cuyo leitmotiv ideológico es, como ella misma repite sin cesar: “No se puede liberar un pueblo sin la lucha armada”. Ello fue criticado por entidades judías catalanas, pero los políticos gobernantes de la ciudad adujeron que era libertad de expresión.
El atentado de Las Ramblas del 17-A deberá tener libertad de acción, en ese caso, siguiendo la “lógica” municipal. Tras los atentados del 17-A, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona pidió a sus conciudadanos ser más abiertos y solidarios.
En ningún momento en sus discursos protocolarios, las autoridades catalanas y barcelonesas han culpabilizado al islamismo. ¿Para qué?
Cuando un sacerdote es acusado de pederastia, se culpabiliza a la Iglesia Católica de permitirlo, cuando un sacerdote condena la homosexualidad, se reclama a las autoridades religiosas y correligionarios que sancionen dicho discurso, cuando varios militantes de un partido de derechas han sido corruptos y se les condena por estafa, robo, se culpabiliza a dichos partidos de ladronicio y corrupción; pero cuando son decenas de miles, o centenares de miles de yihadistas que asesinan en Siria, Irak, Israel, Jordania, Líbano, Egipto, China, Rusia, Filipinas, Nigeria, Libia, Argelia, Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Finlandia, Canadá, Malí, Argelia, Libia, Túnez, Afganistán, Pakistán, y tantos otros países, no se exigen responsabilidades al Islam ni a sus correligionarios. Ni se censura a Arabia Saudita que financia las madrasas que expanden mundialmente el salafismo, ideología de odio, ni tampoco se condena a la República Islámica de Irán que fomenta y financia el terrorismo en Argentina, en Líbano, en Israel, ni a Turquía que colabora con Estado Islámico.
Las autoridades europeas que no culpabilizan al credo religioso de los yihadistas, como las catalanas, barcelonesas, españolas y europeas, deliran enfermizamente si creen que omitiendo la verdad, falseando los hechos y la ideología islamista, vencerán con canciones, velas, manifestaciones y declaraciones de amor y simpatía. Todos ellos parecen vivir en el mundo de Mary Poppins.
En Israel, país que admiro porque, entre otras cosas, entiende –desgraciadamente- lo que es el terrorismo yihadista, se crean comisiones de investigación independientes ante posibles fallos en la defensa, y no sólo por ese motivo. También admiro Israel, porque defiendo y creo en los valores que el Pueblo Judío ha transmitido a la Humanidad, y porque nos ha dado los valores éticos que tienen, o tendrían, que ser los que rijan nuestras vidas.
Como ciudadano que visita la encantadora Barcelona, -lo que no le debe agradar a la alcaldesa de Barcelona que venga como turista-, Ada Colau, espero que en esta magnífica ciudad se constituya una Comisión de Investigación independiente, y llevada por expertos militares y policiales para analizar los tan tangible y evidentes fallos que han cometido el gobierno autonómico de la Generalitat y el del Ayuntamiento de Barcelona, y que sean sometidos a juicio.
¿Acaso no se somete a juicio un capitán de barco si su nave naufraga? ¿No se le condena en caso de ser culpable de la pérdida de ésta y de los fallecidos, si los hay?
Pero, ¿Los capitanes de las “naves” catalana y barcelonesa saldrán airosos a pesar de los muertos y de la repercusión económica sobre el turismo al causar el atentado yihadista un descenso del turismo, y ser éste el motor principal de la economía catalana?
El gobierno de Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat está apuntalado por la organización antisemita y extrema izquierdista de la CUP. La CUP y Podemos, ésta última recibe dinero de la República Islámica de Irán, están en el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona. La CUP ante estos luctuosos hechos del 17-A ha declarado “rechazar el terrorismo fascista fruto del capitalismo”. Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, declaró en 2011: “Que la lucha del pueblo árabe crezca en todo el continente. Y como pólvora salte a Europa y a Estados Unidos.”
El dirigente comunista Alberto Garzón, y coordinador federal de Izquierda Unida, partido que apoya a Ada Colau en el gobierno municipal, consideraba que la masacre de Barcelona del 17-A era un atropello.
Ahora resulta que el yihadismo de 14 siglos de guerra procede del fascismo capitalista. Y los asesinatos de los salafistas y yihadistas son atropellos.
Lo más decente a nivel intelectual es escuchar las propias declaraciones de los perpetradores de los atentados. Estado Islámico ha reivindicado el atentado 17-A pero ni caso y los yihadistas repiten constantemente que combaten, matan y mueren por el Islam.
Esta ceguera selectiva de los gobernantes del Ayuntamiento y Generalitat ha ampliado la mortandad de los asesinos yihadistas, y pondrá en un futuro cercano aún más en peligro la vida de mayor número personas. Es un deber llevar todos estos responsables, por negligencia y por mentir, a juicio. ¿O es que tienen impunidad para hundir la economía y para que los yihadistas cometan atentados por su enorme indolencia?
¿No se juzga a un cirujano por negligencia a sabiendas, o a un capitán en caso de hundimiento de su buque, o a cualquier profesional?
Desde aquí, como ciudadano europeo, español y solidario con las víctimas de Barcelona, pido a la ciudadanía de esa hermosa ciudad, que se exija la creación de una Comisión de Investigación independiente y llevada a cabo por expertos militares y policiales, en la que se investigue a Ada Colau y su equipo, y a Carles Puigdemont y su equipo.
Esto se basa en la lógica y en la ética.
Pongamos un ejemplo clarificador: en caso de epidemia de meningitis, y alertados los pediatras de ello por las autoridades sanitarias, los padres de un niño con fiebre le llevan al pediatra, y éste en lugar de explorar y diagnosticar correctamente al infante, le prescribe zumo de naranja sin a penas explorarlo, y el niño muere. La causa de la muerte es la meningitis, pero el pediatra podía haber frenado el proceso de la enfermedad. En el caso del atentado del 17-A en Barcelona, las autoridades pertinentes habían advertido tanto al gobierno de la Generalitat catalana como al Ayuntamiento de Barcelona, y estos en lugar de tomar las medidas oportunas (colocación de bolardos y prohibición del paso de buses por Las Ramblas, formar a la Guardia Urbana para el terrorismo, permitir las maniobras militares en Collserola para prepararse para los atentados yihadistas) dan “zumo de naranja” lemas y discursos, creyendo que Barcelona y Catalunya son terra d´acollida y no sucederá tal atentado en Las Ramblas. La causa de la mortandad han sido los yihadistas, los soldados del Califato, pero ¿alguna responsabilidad tendrán dichas autoridades ante la magnitud del atentado?, ya que la furgoneta que atropellaba a los paseantes circuló 600 metros sin ser neutralizado el yihadista, y sólo se detuvo al chocar contra un kiosco, y ya había experiencia de estos casos en París, Niza, Jerusalem, Tel Aviv, Berlín, Londres.
Si estos políticos son inocentes, lo tendrá que valorar y juzgar una Comisión de Investigación independiente, como se hace en Israel. Si no lo hacen, nadie pondrá remedio a lo que vendrá.
NOTAS
http://porisrael.org/2017/08/21/justicia-para-el-17-a/