El ecologista y la chicuelina
Baleares legisla para que las corridas de toros no terminen en estoque, que es como legislar para que el tinto de verano no termine en resaca: un contrasentido. En otro punto de España, Castilla la Nueva, el pinar arde porque el fundamentalismo verde impide limpiar el bosque so pretexto de que la limpieza medioambiental no es ecológica. Ya. Ni la personal. Hay que puntualizar que el ecologista tiene una relación más sentimental que higiénica con el agua: le gusta el río, pero no bañarse en él. En esto se parece al jipi, al que le gusta trenzar coronas de margaritas, pero no ser jardinero en Versalles.
Mallorca y Albacete ejemplifican el ataque a una civilización ahormada en el sentido común por parte la dictadura del progretariado, si se me permite el palabro. Pero hay más: la vuelta ciclista suprime el beso de las chicas al ganador de la etapa para no incurrir en machismo. Si es por eso, que permitan a un mujer disputar la etapa reina a Contador de tú a tú. Por no hablar de la intención de una ciudad manchega de retirar el nombre de la calle Santa María de la Cabeza por franquista, como si la Virgen, en vez de alumbrar a Jesús, hubiera parido a José Antonio, con Queipo de Llano en el papel de San Gabriel.
La ideología de género, el ecologismo radical y la memoria histórica que dinamitan los pilares de España cuentan con el respaldo de la mayoría silenciosa, que asume ya que no hay diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, que el toro que mató a Manolete merece un contrato con la Marvel por justiciero y que los religiosos asesinados en la Guerra Civil no eran buenos cristianos. Huelga decir que si gran parte de la población comulga con los postulados de la nueva evangelización laicista, que prohíbe el pase de pecho, el desbroce del monte y el beso de la española, es porque los que estamos en el lado bueno no defendemos como es debido la chicuelina, el día de campo y el pasodoble.
Mallorca y Albacete ejemplifican el ataque a una civilización ahormada en el sentido común por parte la dictadura del progretariado, si se me permite el palabro. Pero hay más: la vuelta ciclista suprime el beso de las chicas al ganador de la etapa para no incurrir en machismo. Si es por eso, que permitan a un mujer disputar la etapa reina a Contador de tú a tú. Por no hablar de la intención de una ciudad manchega de retirar el nombre de la calle Santa María de la Cabeza por franquista, como si la Virgen, en vez de alumbrar a Jesús, hubiera parido a José Antonio, con Queipo de Llano en el papel de San Gabriel.
La ideología de género, el ecologismo radical y la memoria histórica que dinamitan los pilares de España cuentan con el respaldo de la mayoría silenciosa, que asume ya que no hay diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, que el toro que mató a Manolete merece un contrato con la Marvel por justiciero y que los religiosos asesinados en la Guerra Civil no eran buenos cristianos. Huelga decir que si gran parte de la población comulga con los postulados de la nueva evangelización laicista, que prohíbe el pase de pecho, el desbroce del monte y el beso de la española, es porque los que estamos en el lado bueno no defendemos como es debido la chicuelina, el día de campo y el pasodoble.
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