La nuca de Miguel Ángel Blanco
La nuca de Miguel Ángel Blanco era una nuca de derechas, una de esas nucas que piden colleja o bala, siempre que la colleja o la bala sean de izquierdas. No hay que olvidar que la bala progresista mata por una buena causa. No es lo mismo asesinar a Víctor Jara que a un descendiente de maquetos. De manera que para la izquierda radical Pinochet es a Txapote lo que Barrabás a Dimas, el Buen Ladrón. ¿Y para la izquierda moderada?: habrá que preguntárselo al PSE, cuyo grupo municipal en el Ayuntamiento de Bilbao ha rechazado una iniciativa para que el concejal asesinado hace ahora 20 años fuera honrado con algo más que con buenas palabras.
En concreto, con la instalación de un monolito o, en su defecto, una placa. Entiendo que el PNV, que no ha padecido el pogromo etarra, rechace la propuesta popular, pero la historia del socialismo vasco se cimenta sobre cadáveres de militantes asesinados por la banda. Además, Miguel Ángel Blanco era un concejal de pueblo, no Zumalacárregui. Lo que quiero decir es que resulta comprensible que la izquierda moderada no le haga un homenaje a Millán Astray, pero sí al soldado desconocido, aunque sea de derechas. Puedes estar en contra de la mili y ensalzar la gesta de Filipinas. Puedes no comulgar con las ideas de Blanco, pero homenajear su sacrificio.
Cuando la ideología contamina el sentido común ocurren cosas como ésta. No siempre ha sido así. Cuando ETA asesino a Blanco yo era un periodista de izquierdas que repudió el atentado por la muerte del edil y por la crueldad del método elegido. Le podían haber fusilado, pero Miguel Ángel era un chico de mirada limpia y para no enfrentarse a ella su asesino le disparó por la espalda. Ese proceder es típico de los cobardes, que aquí son muchos. Tengo claro que en España quedan cuatro o cinco hombres como los de antes y ninguno forma parte del Comando Madrid. Ni milita en el PSE.
En concreto, con la instalación de un monolito o, en su defecto, una placa. Entiendo que el PNV, que no ha padecido el pogromo etarra, rechace la propuesta popular, pero la historia del socialismo vasco se cimenta sobre cadáveres de militantes asesinados por la banda. Además, Miguel Ángel Blanco era un concejal de pueblo, no Zumalacárregui. Lo que quiero decir es que resulta comprensible que la izquierda moderada no le haga un homenaje a Millán Astray, pero sí al soldado desconocido, aunque sea de derechas. Puedes estar en contra de la mili y ensalzar la gesta de Filipinas. Puedes no comulgar con las ideas de Blanco, pero homenajear su sacrificio.
Cuando la ideología contamina el sentido común ocurren cosas como ésta. No siempre ha sido así. Cuando ETA asesino a Blanco yo era un periodista de izquierdas que repudió el atentado por la muerte del edil y por la crueldad del método elegido. Le podían haber fusilado, pero Miguel Ángel era un chico de mirada limpia y para no enfrentarse a ella su asesino le disparó por la espalda. Ese proceder es típico de los cobardes, que aquí son muchos. Tengo claro que en España quedan cuatro o cinco hombres como los de antes y ninguno forma parte del Comando Madrid. Ni milita en el PSE.
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