De Santa Escolástica, la desconocida melliza de San Benito de Nursia

Sí señores, porque pocos son los que saben que el gran Benito de Nursia, fundador del monasticismo y santo patrono de Europa, nació gemelo y en el parto le acompañó una niñita, por nombre Escolástica, con la que no sólo compartió nacimiento, sino también vida, y hasta muerte y santidad, tantas cosas como vamos a tener ocasión de ver.
 
Con la ejecución del último emperador, Rómulo Augústulo, por el bárbaro Odoacro en el año 476, el Imperio Romano de Occidente acaba de desaparecer. El caos se enseñorea de Europa y apenas queda una referencia a la que dirigir la vista, más o menos lejana según el lugar, en el papado romano, lo que no libra a la Ciudad Eterna de sufrir el general saqueo y destrucción que asuela el continente. Una situación que mal que bien vendrá a perdurar hasta que el ostrogodo Teodorico, admirador de la cultura romana, se proclama rey de Italia en 494, gobernando el país desde Ravena.
 
En ambiente tal y en el seno de una familia patricia nace en la ciudad italiana de Nursia, en Umbría, en el año 480 d. C., Escolástica, fruto de un parto doble en el que la acompaña nada menos que la figura gigantesca de San Benito de Nursia (pinche aquí para conocer mejor su figura), fundador del movimiento monástico en occidente, evangelizador y santo patrono de Europa (pinche aquí para conocer las circunstancias de su elección como tal).

Las fuentes sobre la vida de Santa Escolástica son muy escasas, apenas dos capítulos, el 33 y el 34, y muy breves, en el libro segundo de los “Diálogos” escrito por el Papa de San Gregorio Magno (h.540-604), texto sobre el que luego se añadirá mucha nota apologética y hagiográfica.

Como quiera que sea, Escolástica se queda con sus padres mientras su hermano es enviado a estudiar a Roma, dedicando ya desde temprana edad su vida a Dios, y fundando después, al pie del monte Cassino, en Piumarola, un convento de monjas al modo y manera de los fundados para hombres por su hermano.
 

Afirma San Gregorio que Benito y Escolástica se visitaban una única vez al año, pasando juntos un día sin su noche, ocasión que  dedicaban a la oración y a la meditación. La última vez que lo hacen, en el año 547, Escolástica pide a su hermano que no se vaya y que pase con ella la noche en oración. Como Benito se niega, Escolástica reza a Dios y Dios envía una tormenta tal que Benito no tiene más remedio que quedarse con su hermana. Vuelto por la mañana cada uno a su convento, apenas tres días después sobreviene la muerte de Escolástica. Mientras eso ocurre, desde su celda, Benito ve partir una paloma. Curiosamente, el hermano con el que compartió natal cuna, casi la acompaña también en el mortuorio lecho, pues Benito no sobrevivirá a su melliza ni cuarenta días, rindiendo él también la vida el 21 de marzo de ese mismo año. En el lugar en el que los santos hermanos se encontraron, se levanta la iglesia del Coloquio, en Villa Lucia, a cuatro kilómetros de Montecassino.

Es Escolástica santa patrona de las monjas y de ciudades como Le Mans en Francia o Alcolea de Calatrava en España. Con el poder que demostró sobre ellas, nada tiene de particular que se la invoque ante tormentas y otros fenómenos meteorológicos similares.
 

Y sin más por hoy, queridos amigos, sino desearles que hagan mucho bien y que no reciban menos, me despido hasta mañana en que D.m. por aquí andaremos con estas y otras cuitas.
 
            ^©L.A.
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