Hoy el reto del amor es ¡rezar con tu abrigo!
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2021
2 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
MALTRECHA ADAPTACIÓN
Las temperaturas glaciales campan a sus anchas por el convento. Afortunadamente, en la sala de trabajo tenemos gloria, así que, aunque me vista cual esquimal, nada más llegar, puedo comenzar a “desenfundarme”.
Pero ayer, al poco, tuve que salir a buscar material afuera (a abrigarse de nuevo).
Por el camino, me pidieron que ayudase a mover unas cajas, y empecé a sudar… (¡a quitarse capas!).
Evidentemente, al sentarme en la sala sentí frío (¡otra vez a por el jersey!)…
Total, que, con tanto poner y quitar, al final de la mañana, mi vestuario era un esperpento digno de pasarela revolucionaria de moda: el abrigo puesto, un jersey atado a la cintura, el refajo asomando por los tobillos… ¡Cosas que pasan cuando una tiene que adaptarse tanto!
Pero, orando, me he dado cuenta de que, en realidad, esto no es nada comparado a la adaptación de Jesucristo.
En efecto: el Señor nos ha amado desde siempre. Tras el pecado, su mayor sueño ha sido salir al encuentro del hombre. ¡Y ahí comenzó su “adaptación”! Nubes, columnas de fuego, profetas…
Pero comunicarse con nosotros le pareció poco. ¡Él quería mucho más!
Podía haber aparecido en la tierra con todo su poder y majestad, y nadie habría dudado de Él. Podía haber mostrado su omnipotencia… pero, ¿sabes?, creo que entonces todos podríamos creerle, sin embargo, ¿cuántos podrían quererle?
Dice un poeta que el ser humano solo es capaz de amar aquello que puede abrazar. Se ve que el Señor opinó lo mismo… y quiso venir al mundo como un bebé.
Su adaptación no consistió en quitarse un par de jerseis. Se despojó de todo. El que era grande, se hizo pequeño. Indefenso. Frágil. Pero a alguien así se puede querer. Porque eso es lo que Él buscó desde el principio: tu amor.
Lo hizo todo por adaptarse a ti, por conquistar tu cariño. Aunque eso le supusiera pasar frío.
Hoy el reto del amor es ¡rezar con tu abrigo! O con tu chaqueta o chaleco, si eres de los calurosos… A lo largo del día, te invito a que, cada vez que te pongas o quites esa prenda para adaptarte a la temperatura, recuerdes que Cristo se quitó mucho más… ¡por adaptarse a ti! Porque Él no quería asustarte, ¡sino enamorarte! ¿Cómo no amar a quien te ama tanto? ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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