El milagro de los Dominicos en Washington

No todo van a ser atentados terroristas, Vatileaks y subidas del IBI a las familias numerosas. De vez en cuando uno se topa con una noticia que le levanta el ánimo. Como la que traigo aquí y que comparto con todos ustedes a ver si nos animamos un poco.

Se trata de los dominicos de la provincia Noreste de Estados Unidos, que responde al nombre de Provincia de San José. Un caso de fecundidad que es realmente esperanzador. La revista Regina entrevista al superior de esta provincia que en 2009 tuvo que ampliar su Casa de Estudios en Washington D.C pues ya no cabían los nuevos novicios que se incorporan, a una media de en torno a los 15 cada año y que ya superan los 80. Se trata de hombres entre los veintipocos y los treintaytantos, la mayoría con estudios universitarios.

Aunque la entrevista vale la pena en su integridad, me han llamado la atención algunas de las respuestas del responsable de este “éxito vocacional”. A lo mejor da algunas claves para comprender por dónde deberían ir las cosas si queremos que las comunidades religiosas recuperen una vitalidad que parece en muchos casos definitivamente perdida.

• A la pregunta sobre su estrategia para conseguir nuevos novicios: “Bueno, la verdad es que no tenemos una estrategia. Tratamos de ser fieles a nuestro carisma y forma de vida […] Creo que a pesar de nuestras limitaciones, el Señor nos está enviando hombres inteligentes para predicar el Evangelio al modo de Santo Domingo”.
• Sobre la formación impartida: “También contamos con un sólido programa de formación para nuestros hermanos en nuestra casa de noviciado y de nuestra Casa de Estudios en Washington, DC. Esta formación incluye elementos intelectuales, pastorales y espirituales que forman parte de la formación religiosa tradicional dada por la Iglesia y otros elementos que son exclusivos de la Orden de Predicadores. Nuestra formación se guía por nuestras constituciones dominicanas”.
• Sobre la importancia de formarse bien: “Los Dominicos tienen una fuerte tradición intelectual, con las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino (nuestro "all-star") y quienes se acercan a nosotros saben que necesitarán este enfoque fuerte y sistemático para comprender el mundo y al ser humano con el fin de predicar el Evangelio con eficacia hoy en día”.
• Sobre la radicalidad del seguimiento a Cristo: “Como uno de nuestros frailes señaló hace unos años, parece que muchos jóvenes que acuden a nosotros han tenido la experiencia de llegar al borde de un abismo en nuestra cultura con la que no pueden llegar a ningún compromiso si quieren seguir a Cristo. […] Si van a seguir a Cristo en el ambiente actual se necesita algo más riguroso, algo como una tradición viva de 800 años fundada por Santo Domingo y que ha producido muchos santos”.
• Sobre las motivaciones de los nuevos novicios: “es impresionante ver el “mar” de color blanco en nuestra capilla cuando nuestros 85 hermanos se reúnen para orar cuatro veces al día. La mayoría de los jóvenes que acuden a nosotros desean con fuerza ser fieles a la Iglesia y están buscando una comunidad religiosa que esté "con" la Iglesia, no trabajando en contra de la Iglesia”.
• “Los hombres que acuden saben que estamos entrando en lo que podría llamarse una batalla cultural. No tengo ninguna duda de que los dominicos estarán en la primera línea de la batalla a la hora de presentar la Verdad de una manera convincente”.
• “Creo que es cierto que los jóvenes tienen interés en nosotros no sólo por nuestro enfoque intelectual, sino también por nuestra ortodoxia y fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo tal y como se encuentran en la Iglesia. Pero esto no es una estrategia, es simplemente lo que somos”
• Sobre el uso del hábito religioso: “Yo diría que no hablamos acerca del "uso del hábito" muy a menudo. Nosotros, de hecho, llevamos hábito y sirve para lo que llamamos la "vida en común", mostrando nuestra hermandad y la pobreza que intentamos vivir en el seguimiento de Cristo. Pero, de nuevo, no se trata de ningún plan de llevar hábito para conseguir vocaciones”.
• “Hay un deseo entre los jóvenes de recuperar el sentido de la sacralidad de la liturgia y de dar un testimonio público de su fe. Ésta es una respuesta en parte a lo que perciben como una especie de debilitamiento del esplendor de la tradición católica en las últimas décadas. Así que la visibilidad del hábito les importa, y la integridad de vida que se supone que sugiere (no hay "tiempo libre” para tu vocación)”.
• Para acabar, me ha gustado especialmente esta afirmación, que explica la actitud de estos jóvenes dominicos: “los dominicos viven algo que va más allá del capricho del día o de la agenda políticamente correcta de Hollywood”.