Barbastro, ciudad martirial de España y del mundo.02
Después de las tres magníficas conferencias con las que han empezado las III Jornadas Martiriales de Barbastro, el día ha acabado en la parroquia de San Francisco, conocida por ser la del beato Ceferino Jiménez Malla, el popular “Pelé”. Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, presidió la Santa Misa. Recogemos parte de su homilía:
Es conocer el amor de Dios, unirse al Corazón de Cristo. Lo que hacía María. Lo que han hecho todos los santos de alguna manera. Lo que han hecho los mártires de una manera especial, que son los santos de los santos.
Los misioneros del Corazón Inmaculado de María… el Corazón de María, que de alguna manera conformó el Corazón de su Hijo; el corazón humano de su Hijo, físicamente pero también espiritualmente de algún modo; el Corazón de su hijo que era el Corazón de Dios, que es verdaderamente el Corazón de Dios, no solo como el profeta Isaías ya profetizaba de una manera simbólica: “se me revuelve el corazón -dice Isaías, poniendo estas palabras en boca de Dios- se me revuelve el corazón porque mi pueblo es un pueblo olvidadizo, es un pueblo al que tengo que perdonar una y otra vez, pero lo perdonaré siempre porque soy Dios y no soy un hombre”. Ese corazón del que hablaba Isaías es el Corazón de Cristo. Dios tiene un corazón tan humano como divino. Esto es lo que ha hecho capaces a todos los santos de poder entregar su vida. A los mártires, en los cuales está el origen de la santidad públicamente reconocida en la Iglesia, le ha llevado a entregar su vida de manera literal, su sangre, abrir su corazón como el Corazón de Cristo, por amor a Él, lo han podido hacer porque tenían el corazón lleno del amor a Dios. Lo tenían todo y por eso podrían entregar todo, la vida.
Pues aquí en esta iglesia (de san Francisco) y en esta ciudad de Barbastro, ciudad martirial de España y del mundo, le damos gracias hoy al Señor al celebrar la Santa Misa en comunión con los santos, en comunión con los mártires y todos los santos. La Iglesia es la comunión de los santos, es una definición de la Iglesia magnífica, a veces, la olvidamos mucho; no nos damos cuenta de que somos la familia de los santos, de la familia de los mártires y de los santos. En comunión con los santos celebramos aquí la Eucaristía como ellos lo hicieron, y le pedimos al Señor que perdone nuestros pecados y que prepare nuestro camino hacia el Cielo. Que la Virgen Santísima, el Corazón Inmaculado de María, nos fortalezca para las luchas de la vida, fortalezca nuestra esperanza y fortalezca nuestro corazón.
Tras la Santa Misa nos acercamos a la capilla del beato Ceferino para concluir con una oración que terminó con estos hermosas invocaciones:
INVOCACIONES AL BEATO CEFERINO JIMÉNEZ
Dios Padre, Creador: escúchanos.
Jesucristo, Salvador: escúchanos.
Espíritu Santo, Amor: escúchanos.
VERDADERO GITANO
Beato Ceferino, hombre de paz, ruega por nosotros
Beato Ceferino, honesto en tu trabajo, ruega por nosotros
Beato Ceferino, fiel con tu padre y tus amigos, ruega por nosotros
Beato Ceferino, catequista de los niños, ruega por nosotros
Beato Ceferino, fiel a la palabra dada, ruega por nosotros
VERDADERO CRISTIANO
Beato Ceferino, ayuda de pobres, ancianos y enfermos, ruega por nosotros
Beato Ceferino, fiel a la Misa y a la Comunión, ruega por nosotros
Beato Ceferino, devoto fiel y constante de la Virgen, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que en las dificultades confiabas en Dios, ruega por nosotros
VERDADERO MÁRTIR
Beato Ceferino, llevado a la cárcel por defender a un sacerdote, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que rezabas el rosario en la cárcel, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que preferiste perder la libertad antes que renegar de la fe, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que perdonaste a los que te mataron, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que fuiste fusilado por tu fe en Dios, ruega por nosotros
Beato Ceferino, modelo y protector de payos y gitanos, ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: Ten piedad de nosotros
Oh Dios, que has concedido
al beato gitano Ceferino
confesar su fe cristiana
hasta derramar la sangre por Cristo:
suscita en la Iglesia,
congregada entre todos los pueblos,
testigos valientes de la verdad evangélica
que entreguen su vida al servicio de los hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Bajo estas líneas, el rosario de El Pelé
Es conocer el amor de Dios, unirse al Corazón de Cristo. Lo que hacía María. Lo que han hecho todos los santos de alguna manera. Lo que han hecho los mártires de una manera especial, que son los santos de los santos.
Los misioneros del Corazón Inmaculado de María… el Corazón de María, que de alguna manera conformó el Corazón de su Hijo; el corazón humano de su Hijo, físicamente pero también espiritualmente de algún modo; el Corazón de su hijo que era el Corazón de Dios, que es verdaderamente el Corazón de Dios, no solo como el profeta Isaías ya profetizaba de una manera simbólica: “se me revuelve el corazón -dice Isaías, poniendo estas palabras en boca de Dios- se me revuelve el corazón porque mi pueblo es un pueblo olvidadizo, es un pueblo al que tengo que perdonar una y otra vez, pero lo perdonaré siempre porque soy Dios y no soy un hombre”. Ese corazón del que hablaba Isaías es el Corazón de Cristo. Dios tiene un corazón tan humano como divino. Esto es lo que ha hecho capaces a todos los santos de poder entregar su vida. A los mártires, en los cuales está el origen de la santidad públicamente reconocida en la Iglesia, le ha llevado a entregar su vida de manera literal, su sangre, abrir su corazón como el Corazón de Cristo, por amor a Él, lo han podido hacer porque tenían el corazón lleno del amor a Dios. Lo tenían todo y por eso podrían entregar todo, la vida.
Pues aquí en esta iglesia (de san Francisco) y en esta ciudad de Barbastro, ciudad martirial de España y del mundo, le damos gracias hoy al Señor al celebrar la Santa Misa en comunión con los santos, en comunión con los mártires y todos los santos. La Iglesia es la comunión de los santos, es una definición de la Iglesia magnífica, a veces, la olvidamos mucho; no nos damos cuenta de que somos la familia de los santos, de la familia de los mártires y de los santos. En comunión con los santos celebramos aquí la Eucaristía como ellos lo hicieron, y le pedimos al Señor que perdone nuestros pecados y que prepare nuestro camino hacia el Cielo. Que la Virgen Santísima, el Corazón Inmaculado de María, nos fortalezca para las luchas de la vida, fortalezca nuestra esperanza y fortalezca nuestro corazón.
Tras la Santa Misa nos acercamos a la capilla del beato Ceferino para concluir con una oración que terminó con estos hermosas invocaciones:
INVOCACIONES AL BEATO CEFERINO JIMÉNEZ
Dios Padre, Creador: escúchanos.
Jesucristo, Salvador: escúchanos.
Espíritu Santo, Amor: escúchanos.
VERDADERO GITANO
Beato Ceferino, hombre de paz, ruega por nosotros
Beato Ceferino, honesto en tu trabajo, ruega por nosotros
Beato Ceferino, fiel con tu padre y tus amigos, ruega por nosotros
Beato Ceferino, catequista de los niños, ruega por nosotros
Beato Ceferino, fiel a la palabra dada, ruega por nosotros
VERDADERO CRISTIANO
Beato Ceferino, ayuda de pobres, ancianos y enfermos, ruega por nosotros
Beato Ceferino, fiel a la Misa y a la Comunión, ruega por nosotros
Beato Ceferino, devoto fiel y constante de la Virgen, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que en las dificultades confiabas en Dios, ruega por nosotros
VERDADERO MÁRTIR
Beato Ceferino, llevado a la cárcel por defender a un sacerdote, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que rezabas el rosario en la cárcel, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que preferiste perder la libertad antes que renegar de la fe, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que perdonaste a los que te mataron, ruega por nosotros
Beato Ceferino, que fuiste fusilado por tu fe en Dios, ruega por nosotros
Beato Ceferino, modelo y protector de payos y gitanos, ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo: Ten piedad de nosotros
Oh Dios, que has concedido
al beato gitano Ceferino
confesar su fe cristiana
hasta derramar la sangre por Cristo:
suscita en la Iglesia,
congregada entre todos los pueblos,
testigos valientes de la verdad evangélica
que entreguen su vida al servicio de los hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Bajo estas líneas, el rosario de El Pelé
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