La Cripta de los Mártires de Orgaz (1)
El 25 de septiembre de 2012, hace exactamente treinta y tres meses, comenzaron los trabajos de impermeabilización y limpieza en la “Cripta de los Mártires” de la parroquia de Santo Tomás Apóstol, en Orgaz (Toledo). De los setenta años que tiene la Cripta, setenta han estado marcados por las dificultades: primero, las inundaciones al estrenarla en época de don Victorio Garrido; después la imposibilidad material y técnica de dar solución a las mismas, en época de don Benito López Oliveros; luego, durante las últimas décadas, con las numerosas inundaciones provocadas por las lluvias invernales… así, hasta nuestros días, en que finalmente, don Miguel Ángel Gutiérrez, párroco de Orgaz, y don Eugenio Guerra, han restaurado con decisión, acierto y delicadeza el espacio que la parroquia dedicó a los Mártires.
La Postulación para las Causas de los Mártires de la Archidiócesis de Toledo agradece públicamente a Pablo Fernández (primera foto) y Luciano Serrano (segunda foto, bajo estas líneas) su colaboración para estos trabajos. Así como a todos los operarios que han realizado un magnífico trabajo en el saneamiento de la Cripta.
Bajo estás líneas, don Eugenio Guerra (a la derecha), "alma mater" de toda la restauración:
Entre el 27 de noviembre de 2013, fiesta de la Milagrosa, y el 24 de mayo de 2014, fiesta de María Auxiliadora, la Postulación para las Causas de los mártires de la Archidiócesis de Toledo intervino en primer lugar, para poder exhumar a las 49 personas que yacían enterradas en los nichos de dicha Cripta. Luego vinieron los trabajos para tenerlo todo preparado.
El 27 de noviembre de 2012, cuando se acabaron todos los trabajos de reducción, se celebro un responso en el altar, antes de ser trasladados a una habitación mientras continuaban las obras en la Cripta:
Las cajas de reducción, a pie de altar, antes de ser recolocadas en sus nichos respectivos, tras el saneamiento de los mismo:
Las familias tuvieron ocasión de ser ellas mismas las que colocaran los restos de sus seres queridos en el mismo lugar donde fueron depositados hace 70 años:
De modo que, durante el curso 2014-2015, la Parroquia se ha empleado a fondo para conserguir este espectacular resultado:
Sobre el friso se ha colocado en letras de color rojo (recordando la sangre derramada por los mártires) el Credo Niceconstantinopolitano.
Finalmente, el pasado 27 de junio, fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro, se procedió a la bendición de la Cripta y la celebración de la Santa Misa en sufragio de todos los que yacen en dicho lugar.
El Obispo emérito de Segovia, monseñor Ángel Rubio Castro, fui invitado por la Parroquia y la Postulación a presidir dicha celebración.
Un último detalle. Tras estudiar toda la papelería que se conservaba sobre la construcción y primera restauración, en los años sesenta, de la Cripta, se conserva documentación sobre la autoría de la lámpara en forja que da iluminación, desde el centro, a toda la sala. Se trata de una obra menor del famoso Julio Pascual.
El toledano Julio Pascual (18791967) fue un artista en el trabajo del hierro y en la especialidad del esmalte. Se le considera como el último de los grandes rejeros toledanos en la técnica de la forja, sin emplear medios modernos, continuador de los rejeros renacentistas Villalpando y Céspedes. Uno de sus episodios más conocido fue cuando el Gobierno de la II Repúblca le obligo a desarmara la Custodia de Arfe, con el fin de meterla en cajas durante la incautación del Tesoro Catedralicio en septiembre de 1936, volviéndola a armar en 1939 por petición del Cardenal Isidro Gomá. Este trabajo casi imposible de realizar en aquella época se lo puedo hacer Pascual como buen orfebre que era.
La Postulación para las Causas de los Mártires de la Archidiócesis de Toledo agradece públicamente a Pablo Fernández (primera foto) y Luciano Serrano (segunda foto, bajo estas líneas) su colaboración para estos trabajos. Así como a todos los operarios que han realizado un magnífico trabajo en el saneamiento de la Cripta.
Bajo estás líneas, don Eugenio Guerra (a la derecha), "alma mater" de toda la restauración:
Entre el 27 de noviembre de 2013, fiesta de la Milagrosa, y el 24 de mayo de 2014, fiesta de María Auxiliadora, la Postulación para las Causas de los mártires de la Archidiócesis de Toledo intervino en primer lugar, para poder exhumar a las 49 personas que yacían enterradas en los nichos de dicha Cripta. Luego vinieron los trabajos para tenerlo todo preparado.
El 27 de noviembre de 2012, cuando se acabaron todos los trabajos de reducción, se celebro un responso en el altar, antes de ser trasladados a una habitación mientras continuaban las obras en la Cripta:
Las cajas de reducción, a pie de altar, antes de ser recolocadas en sus nichos respectivos, tras el saneamiento de los mismo:
Las familias tuvieron ocasión de ser ellas mismas las que colocaran los restos de sus seres queridos en el mismo lugar donde fueron depositados hace 70 años:
De modo que, durante el curso 2014-2015, la Parroquia se ha empleado a fondo para conserguir este espectacular resultado:
Sobre el friso se ha colocado en letras de color rojo (recordando la sangre derramada por los mártires) el Credo Niceconstantinopolitano.
Finalmente, el pasado 27 de junio, fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro, se procedió a la bendición de la Cripta y la celebración de la Santa Misa en sufragio de todos los que yacen en dicho lugar.
El Obispo emérito de Segovia, monseñor Ángel Rubio Castro, fui invitado por la Parroquia y la Postulación a presidir dicha celebración.
Un último detalle. Tras estudiar toda la papelería que se conservaba sobre la construcción y primera restauración, en los años sesenta, de la Cripta, se conserva documentación sobre la autoría de la lámpara en forja que da iluminación, desde el centro, a toda la sala. Se trata de una obra menor del famoso Julio Pascual.
El toledano Julio Pascual (18791967) fue un artista en el trabajo del hierro y en la especialidad del esmalte. Se le considera como el último de los grandes rejeros toledanos en la técnica de la forja, sin emplear medios modernos, continuador de los rejeros renacentistas Villalpando y Céspedes. Uno de sus episodios más conocido fue cuando el Gobierno de la II Repúblca le obligo a desarmara la Custodia de Arfe, con el fin de meterla en cajas durante la incautación del Tesoro Catedralicio en septiembre de 1936, volviéndola a armar en 1939 por petición del Cardenal Isidro Gomá. Este trabajo casi imposible de realizar en aquella época se lo puedo hacer Pascual como buen orfebre que era.
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