El verdadero origen del Bus Ateo
Aprovecho que estoy en Londres para dar mi versión de una historia que se ha contado un poco a medias en España (aunque Fe y Razón habló de ella en su día,y de su relación con Alpha,casi nadie identificó el origen de la campaña atribuyéndosela erróneamente al conocido ateo Richard Dawkins).
La periodista Ariane Sherine, escritora del progresista diario británico The Guardian, ha liderado, desde junio del año pasado, la que se ha venido en denominar “Campaña del Bus Ateo” con el eslogan “Probablemente no hay Dios; deja de preocuparte y sigue con tu vida”.
Escandalizada por un anuncio en un autobús que hablaba de la condenación eterna, la periodista comenzó una suscripción popular para obtener las 23,400 Libras necesarias para publicitar su eslogan durante dos semanas en dos autobuses de la capital londinense.
En un principio la campaña fue un fracaso, pues a su cierre el 31 de julio sólo 877 ateos la habían apoyado, por lo que la prensa británica se apresuró a darla por extinta. Así el Daily Telegraph escribió "Los ateos no consiguen recaudar lo suficiente para un anuncio en un autobús de Londres".
Fue en ese momento cuando el famoso biólogo y declarado ateo Richard Dawkins, autor del libro “The God Delusion” (“El espejismo de Dios”) apoyó públicamente la campaña junto a diversas asociaciones, relanzando la periodista la misma en el mes de octubre de 2008, cuando yo estaba en Londres trabajando para Alpha.
A partir de entonces los resultados fueron espectaculares: la recaudación superó las 130.000 Libras Esterlinas, y la campaña se hizo realidad en los autobuses de Londres el pasado 6 de Enero,llegando a todo el mundo. En palabras de Sherine, que copió el lema de la cerveza Carslberg (“Probablemente la mejor cerveza del mundo”):
“El slogan “probablemente no hay Dios",es más exacto,puesto que aunque no hay pruebas científicas de la no existencia de Dios, también es imposible probar que Dios no existe.”
El debate generado por el autobús ateo, se inscribe en el contexto de la sociedad inglesa, donde el Curso Alpha lleva apareciendo anunciado cada mes de septiembre en los autobuses y pasquines de metro de la capital Londinense y en el resto del Reino Unido desde el año 2002.
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A rebufo de esta iniciativa que ha llevado a que el 24% de los adultos ingleses sepan lo que es Alpha, otras iglesias se han dedicado a anunciarse, y una de ellas fue la que desató las iras de Ariadne Sherine en Junio. Poco después, la campaña de septiembre de Alpha 2008 fue la puntilla final. (Al contrario que la publicidad que Sherine vió, Alpha sólo plantea preguntas existenciales del tipo “¿Hay algo más en la vida que esto?”, “Si Dios existiera, ¿qué le preguntarías?”, “Explora el significado de la vida”) .
Es interesante como The Guardian, el periódico de izquierdas por excelencia, está prestando atención al Curso Alpha, tanto que ahora mismo otro periodista, Adam Rutherford, lo está haciendo en una iglesia y se dedica a contar a la gente en su columna sus experiencias.
No quiero ser pesado con lo del Curso Alpha, por ser parte implicada, pero tampoco quiero dejar de reflexionar sobre las lecciones que se pueden aprender de lo que pasa aquí en Inglaterra.
Como en el excelente libro de G.K. Chesterton “La esfera y la cruz”, la noticia es que los ateos y los cristianos están debatiendo acerca de Dios, frente a la indiferencia de un mundo postmodernista y relativista al que le importa un comino la verdad de las cosas.
Que una iglesia, con su curso de evangelización, esté en boca de todos a nivel local y nacional, y sea objeto de una atención mediática tan grande, es un ejemplo único de la relevancia que la Iglesia debe tener en la sociedad.
Que yo sepa los periodistas ateos de El País no salen en España comentando los Ejercicios de San Ignacio, los Cursillos de Cristiandad o las Catequesis Neocatecumenales, en los que se han infiltrado para demostrar su ateísmo, aún a riesgo de convertirse.
En España,lo que dicen los obispos en materia de moral sí que tiene resonancia, por aquello de la polémica. Es una voz necesaria, y me congratulo, por ejemplo y tomadas cum mica salis, de campañas como la del lince y la del bebé, que sí que han sabido encender el debate.
Pero que un grupo de cristianos sea capaz de poner a la gente a debatir sobre la historicidad de los Evangelios, por qué murió Jesucristo, la redención y otros muchos temas fundamentales de la fe, es toda una noticia.
Significa que el Kerigma está vivo, que la propuesta de Jesucristo es signo de contradicción, que es posible una Iglesia y anuncio cristiano, que interpele a los de fuera. Lo contrario es una iglesia a la que sólo van los abuelos, a la que la gente tiene encasillada en el lugar que, sin querer, se ha ganado a pulso, a fuerza de no saber aggiornarse y hacer de su capa un sayo.