El reto de hoy es que no temas manifestarte pobre, pequeño, desvalido.
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2015
Lerma, 15 de junio
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
NOS HIZO LLORAR
Fue en la fiesta del Corazón de Jesús. Vino a decirnos la Misa un sacerdote mayor. Hace unos meses nos había pedido oraciones fuertemente porque tenían que hacerle una operación delicada; la verdad es que rezamos por él con cariño especial. Nos dio las gracias con tanto sentimiento que nos hizo llorar junto a él, que estaba realmente emocionado.
Después del Evangelio nos invitó a sentarnos, y comenzó desde el principio: cómo le diagnosticaron, cómo se lo comunicaron, cómo fue la intervención y cómo salió todo tan sorprendentemente bien.
Se sabía apoyado en la oración de muchos y, además, como él mismo dijo, "era el momento de poner en práctica esa entrega que habitualmente hacemos al Señor sin tener una materia grave".
También resaltó el cuidado especial de sus hermanos de Comunidad, y, también del personal clínico:
-Saben -decía- que tratan a personas en situación delicada, desvalidos.
Era un relato tan real, tan natural, tan sencillo, que nos tenía a todos absortos, admirados, agradecidos y abiertos al Amor de Cristo que celebrábamos ese día. Estábamos en comunión, y no por la materia del relato, ya importante; sino por la actitud de este hombre realmente entregado a Cristo.
En ese momento me percaté: es la pobreza de los hermanos lo que atrae mi corazón, como reconociendo en ellos mis propias limitaciones, ésas que tantas veces intento esquivar para no aparecer débil, pequeña, pobre.
Cuando “a la fuerza” te ves introducido ahí, surge una secreta rebelión: "no quiero, no puedo, ¿esto a mí?" Es entonces cuando puedes dar un paso más, alzar la vista a Aquel que te ama. Si le dejas las riendas, comienza otro momento, otra perspectiva: la de la gratuidad del Amor. Por eso este sacerdote nos ha hecho llorar, porque, aprovechando su relato de corazón, sólo hablaba del amor infinito e incondicional del Señor: viéndose tan pobre, se había sentido tan querido por Él...
El reto de hoy es que no temas manifestarte pobre, pequeño, desvalido. Deposítate en ese Corazón que tanto te ama y que se te ofrece a cada instante para abrazarte.
VIVE DE CRISTO
www.dominicaslerma.es
Lerma, 15 de junio
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
NOS HIZO LLORAR
Fue en la fiesta del Corazón de Jesús. Vino a decirnos la Misa un sacerdote mayor. Hace unos meses nos había pedido oraciones fuertemente porque tenían que hacerle una operación delicada; la verdad es que rezamos por él con cariño especial. Nos dio las gracias con tanto sentimiento que nos hizo llorar junto a él, que estaba realmente emocionado.
Después del Evangelio nos invitó a sentarnos, y comenzó desde el principio: cómo le diagnosticaron, cómo se lo comunicaron, cómo fue la intervención y cómo salió todo tan sorprendentemente bien.
Se sabía apoyado en la oración de muchos y, además, como él mismo dijo, "era el momento de poner en práctica esa entrega que habitualmente hacemos al Señor sin tener una materia grave".
También resaltó el cuidado especial de sus hermanos de Comunidad, y, también del personal clínico:
-Saben -decía- que tratan a personas en situación delicada, desvalidos.
Era un relato tan real, tan natural, tan sencillo, que nos tenía a todos absortos, admirados, agradecidos y abiertos al Amor de Cristo que celebrábamos ese día. Estábamos en comunión, y no por la materia del relato, ya importante; sino por la actitud de este hombre realmente entregado a Cristo.
En ese momento me percaté: es la pobreza de los hermanos lo que atrae mi corazón, como reconociendo en ellos mis propias limitaciones, ésas que tantas veces intento esquivar para no aparecer débil, pequeña, pobre.
Cuando “a la fuerza” te ves introducido ahí, surge una secreta rebelión: "no quiero, no puedo, ¿esto a mí?" Es entonces cuando puedes dar un paso más, alzar la vista a Aquel que te ama. Si le dejas las riendas, comienza otro momento, otra perspectiva: la de la gratuidad del Amor. Por eso este sacerdote nos ha hecho llorar, porque, aprovechando su relato de corazón, sólo hablaba del amor infinito e incondicional del Señor: viéndose tan pobre, se había sentido tan querido por Él...
El reto de hoy es que no temas manifestarte pobre, pequeño, desvalido. Deposítate en ese Corazón que tanto te ama y que se te ofrece a cada instante para abrazarte.
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