Tu matrimonio como Dios lo pensó
Tan tan dentro. Comentario para Matrimonios: Lucas 17, 20-25
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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 20-25
En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:
«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».
Él les contestó:
«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí” o «“Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».
Dijo a sus discípulos:
«Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.
Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación».
Tan tan dentro.
Igual que en tiempos de Jesús no valoraban Su presencia junto a ellos, ahora que el Señor está en todas partes, no sabemos lo que tenemos, pero el reino de Dios está entre nosotros. Es una bendición tan grande... Cuando leemos los escritos de los grandes Santos, vemos que ellos son mucho más conscientes del Amor de Dios y de Su presencia tan tan dentro de nosotros.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Arturo: ¿Sabes Celia? Estaba hoy en oración, rezando el Evangelio, y me venía la frase de Jesús a la Samaritana: "Si conocieras el don de Dios..." Y resonaba en mi corazón una y otra vez: "Si conocieras el don de Dios..."
Celia: Qué hermoso, Arturo. Y ¿Qué crees que quiere decirte el Señor con eso?
Arturo: Tú sabes que estoy enamorado de ti, sigo prendado de tu sonrisa, te amo muchísimo, y eres muy importante para mí, pero todavía me queda mucho para descubrir todo el valor que Dios te ha dado y el don tan inmenso que eres para mí. Quiero llegar a conocer del todo ese don para tratarte siempre como mereces según Dios.
Celia: Bueno, creo que Dios me quiere mucho por ese mensaje que te hace llegar. Pero todo mensaje para ti es también para mí, así que, le pido al Señor que me haga descubrir el don tan inmenso que eres para mí, tanto que, amándote a ti le amo a Él.
Madre,
Sabemos que una espada atravesó Tu Corazón con la crucifixión de Tu Hijo, pero gracias a Su sacrificio hoy podemos tenerle en cada Eucaristía. Gracias, Madre. Bendita seas.