¿Qué es el Sagrado Corazón de Jesús hoy en día?
¿Qué es el Sagrado Corazón de Jesús hoy en día?
Aquí les traigo un fragmento:
La historia del culto al Sagrado Corazón presenta un desarrollo de lo más paradójico. Por una parte, es una devoción que hunde sus raíces en el origen mismo de la dogmática cristiana, que gozó de la estima de numerosos santos, que fue objeto de una extraordinaria intervención celestial en Paray-le-Monial en el siglo XVII, y que siempre ha sido autentificada y favorecida por el magisterio supremo de la Iglesia; pero, en contrapartida, parece haberle estado reservado un extraño destino que la condenaba a cierta incomprensión por parte del pueblo cristiano y, en la actualidad, a decir verdad, a un verdadero desafecto.
Las causas de este desafecto actual son evidentes; fueron muy bien analizadas en una encuesta realizada en la década de los 50 pero cuyos resultados siguen siendo válidos todavía. De ella se desprendía que lo que aleja de esta devoción es el estrecho pietismo y el sentimentalismo en el que pronto se sumió y cuyo origen debe buscarse en un desconocimiento de la mística de tipo afectivo de los santos que han tenido revelaciones al respecto; mística que en realidad ocultaba una doctrina y una experiencia de orden totalmente teologal e intelectual en el verdadero sentido de la palabra. La deformación de esta mística y su «estereotipado», por decirlo así, originó manifestaciones devocionales privadas, de naturaleza totalmente superficial, libros piadosos que se aplicaban ante todo, o únicamente, a aspectos secundarios del culto en cuestión, además de una confusión fundamental que hacía que no se viese en el «corazón» otra cosa que un símbolo afectivo; y por último, y tal vez sobre todo, originó toda aquella masa de cantos amanerados, dulzarrones o ñoños, aquella proliferación de imágenes y estatuas pintarrajeadas del peor gusto, y la representación del Corazón Divino en la forma extremadamente realista de víscera sanguinolenta, cosa que únicamente podía provocar repulsión y desacreditar indirectamente a un culto que naturalmente no tiene nada que ver con ese pietismo repulsivo.(Jean Hanni, Mitos, Ritos y Símbolos, Vías Espirituales, Culto al Sagrado Corazón)
Hoy en día la Liturgia se ha convertido en una escusa para que la comunidad cristiana y la familia cercana, se reúna en ocasiones especiales: bodas, bautizos, comuniones, funerales, etc. En el mejor caso, nos esforzamos por reunirnos semanalmente poniendo de escusa que tenemos que “ir a misa” como obligación. Pocas personas ven en los sacramentos algo más que excusas para verse y celebrar la comunidad, por encima de todo. Dios se ha ido retirando de nuestras vidas, por lo que los sacramentos parecen algo desfasado. De hecho estamos en estos momentos dilucidando si la exclusión de la comunión a las personas divorciadas y vueltas a casar, es una cruel discriminación social que hay que solucionar.
En una sociedad postmoderna y en una Iglesia que tiende a ser agnosticista-pelagiana, hablar del Sagrado Corazón de Jesús es un atrevimiento importante. Espero que me perdonen por sacar este tema todos los años. ¿Cómo nos atrevemos a hacer actual esta devoción, cuando vivimos en los tiempos de los flasmobs y los hashtags? ¿Cómo sentirnos interrogados por el Corazón de Jesús cuando lo que está de moda es una espiritualidad indiferente y lejana a toda sobrenaturalidad? Parece que hablar de mística es hablar de algo del siglo XVI como poco. Pero, atrevámonos ¿Qué es el Sagrado Corazón de Jesús hoy en día?
Es simple, el corazón de cualquier cosa o persona, es su ser, su esencia, su totalidad. Hablar del Sagrado Corazón de Cristo es hablar de la Palabra, el Logos hecho carne que habita constantemente entre nosotros. Esa es la maravillosa revelación de Paray-le-Monial. Un recordatorio de la promesa de Cristo:
Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. (Mt 28. 19-20)
Tiene sentido transmitir el Mensaje, el Misterio y el Compromiso cristiano, porque Cristo vive junto a cada uno de nosotros.
Comparto un fragmento de la primera de las revelaciones, aunque las Armas y la totalidad revelaciones son muy interesantes de leer y meditar. Lean este fragmento pensando que Cristo le habla directamente a usted: “Mi Divino Corazón, está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en el las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía.”
Sería necesario que todos los cristianos, recordaramos esta presencia constante, amorosa, apasionada, que Cristo nos ha prometido. Una presencia que está dispuesta a darnos los dones necesarios para superar los problemas, males y pruebas que nos ofrece diariamente el mundo. Una presencia que busca que nosotros seamos la herramienta a través de la cual El se manifiesta en el mundo. Una presencia que no quiere una vida de fe cerrada y penosa, centrada en nosotros mismos. Dios no quiere nuestro mal, sino purificarnos y convertirnos en herramientas eficaces para hacer Su Voluntad.
En la segunda Arma revelada a Santa Margarita María Alacoque, Cristo nos señala que su cercanía es un don maravilloso, nunca una pesada carga: “Te engañas creyendo que puedes agradarme con esa clase de acciones y mortificaciones en las cuales la voluntad propia, hecha ya su elección, más bien que someterse, consigue doblegar la voluntad de las superioras. ¡Oh! yo rechazo todo eso como fruto corrompido por el propio querer, el cual en un alma religiosa me causa horror, y me gustaría más verla gozando de todas sus pequeñas comodidades por obediencia, que martirizándose con austeridades y ayunos por voluntad propia”
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es todo menos una mística de penalidades emocionales, dulzona y empalagosa. Es un recordatorio de la presencia divina entre nosotros, en nuestro día a día. Queda a nuestra voluntad aceptar esta presencia de Cristo y dejarnos transformar por su Gracia. Todo un Misterio.