El reto del amor es mirar el nombre de una de estas personas y decirle algo

27 mayo 2015 00:00

Año del Señor 2015

Lerma, 27 de mayo

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

"LES LLAMÓ POR SU NOMBRE"

El domingo vino un grupo de una parroquia de Burgos y cuántas veces intenté recordar sus nombres pero, una vez que se cambiaban de sitio o a nada que me despistaba...

Hubo un momento en que se acercaron a nosotras para charlar. Vi que venía un chico joven hacia mí. "Vaya, ¿cómo se llama?", me pregunté. Y, de repente, miré a su cuello y un colgante del que prendían diferentes letras me descifró el enigma: "Marcos", Marcos era su nombre y así pude dirigirme a él.

Cuando alguien nos llama por nuestro nombre, en nosotros se desencadena una actitud de apertura, de cercanía. De alguna manera somos únicos en esa conversación, en ese momento. Cuando alguien nos sorprende diciendo nuestro nombre cuando aún nos conoce poco sentimos que algo de nosotros ha entrado en esa persona.

Y así, por tu nombre, te quiere el Señor. Por tu nombre te llama, con tu nombre sueña, a tu nombre le tiende la mano cada día para seguir caminando. Y es que eres único a sus ojos. No necesita que lo cuelgues en tu cuello o lo pongas en una pegatina; lo sabe.

Hoy, en el súper, en la tienda de electrodomésticos, en el banco, en el medico... verás a dependientes, a trabajadores, con un cartelito en la solapa en que pondrá su nombre. Pídele al Señor que te ponga a alguien en el camino. ¿Estás preparado para el reto de hoy?

El reto del amor es mirar el nombre de una de estas personas y decirle algo como: "Gracias, Pedro", "Nos vemos, Alicia", "Juan, esto es para que desayunes"... Y, si no tienen nombre puesto, pregúntaselo al conductor del autobús que te lleva todos los días, o a ése que está en la fábrica al que nunca te has acercado. Experimenta los resultados. Haz que alguien se sienta especial, que hoy no nos cruzaremos con la gente de todos los días, hoy el Señor pondrá a personas únicas, a personas con nombre en tu camino.

Viviendo desde el Amor, el Señor nos regala ojos para descubrir al otro y mirarle como Él le mira. Puedes compartir con nosotras los resultados.

VIVE DE CRISTO

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