"Amaneció al atardecer". Mártires mercedarios
El padre Mario Alonso Aguado, de la Orden de la Merced, es el actual vicepostulador de la Causa de los Mártires de la Merced de Castilla. Le conocí cuando sucedió al padre Manuel Rodríguez Carrajo (1926-2008), con el cual tuve trato durante los primeros años tras la apertura de la Causa de Canonización de los Mártires de la Provincia Eclesiástica de Toledo y de la diócesis de Ávila.
La noticia aparecía en la publicación mercedaria Caminos de Liberación (enero-febrero 2004):
“Manuel Rodríguez Carrajo, vicepostulador de la Causa de los mártires mercedarios, estuvo presente en Toledo el pasado 9 de diciembre, día en que la archidiócesis primada abrió la causa de canonización de 800 mártires, víctimas de la persecución religiosa de 1936. La causa, encabezada por Eustaquio Nieto, obispo de Guadalajara, cuenta en sus filas con los mártires de la comunidad mercedaria de Herencia, en Ciudad Real”.
El padre Manuel Rodríguez Carrajo fue vicepostulador desde 1991 hasta su muerte. Finalmente, la Orden decidió reagrupar a los 18 mártires mercedarios de la Provincia de Castilla y se separaron de la Causa.
Amaneció al atardecer
El padre Mario Alonso Aguado, reconocido historiador mercedario, acaba de publicar Amaneció al atardecer. P. Manuel Cereijo y diecisiete compañeros, mercedarios mártires del siglo XX en España. Es el quincuagésimo número de la colección “Familia Mercedaria” editada por la Orden de la Merced.
Claro Manuel Fernández-Caballero Martín-Buitrago, en su web historiadeherencia.es, afirma que es “un libro muy bien cuidado, tanto en su texto como en su maquetación. En el mismo, a lo largo de sus 92 páginas, se recoge la semblanza de 18 mártires mercedarios de la provincia de Castilla”.
Esta obra busca perpetuar la memoria de los mártires mercedarios del siglo XX en un libro que agrupe sus semblanzas y donde se recojan los datos elementales de sus vidas, priorizando fechas como pueden ser las de nacimiento, bautismo, profesión religiosa, orden sacerdotal, etc. El autor huye, en todo momento, de valoraciones superlativas y de connotaciones políticas, a la vez que mantiene el rigor científico e histórico propios del trabajo de investigador como es el padre Mario Alonso Aguado.
El libro está estructurado en seis capítulos principales. Los dos primeros están dedicados a los mártires madrileños del convento de la Buena Dicha: Enrique Saco Pradeda, Guillermo Vázquez Núñez, Serafín Solaegui Duñabeita, Luis Barros Fernández, Tomás Tajadura Tajadura, José Benito Cereijo Muiños, Gonzalo Pérez González y en especial al padre Fray Manuel Cereijo Muiños, Gonzalo Pérez González, Agustín Salgueiro Rodríguez y, especialmente, al padre Manuel Cereijo Muiños, mártir que encabeza el grupo y a cuya semblanza se le dedica una mayor profundidad.
El tercer capítulo se centra en la comunidad-colegio de San Pedro de Madrid, y en sus frailes mártires, Leandro Hermida González, Patricio González Castaño y Serapio Paz Muras.
El cuarto y quinto capítulo recogen las semblanzas de la comunidad mercedaria de Herencia y los frailes Eliseo Pérez González, Olimpio Escudero González, Luis Arias López y Ramón Lago Parrado y Jesús Tizón Boleira.
Claro Manuel Fernández-Caballero afirma que “el autor introduce, aquí, un análisis histórico de La Merced en Herencia desde su fundación por parte de los mercedarios descalzos en 1656, motivo por el cual presenta también la semblanza del beato Antonio González Penín, mercedario descalzo que el 2 de febrero de 1893 acudiría a Herencia para restaurar la vida religiosa de la Merced Descalza en el convento, tras la ausencia provocada por la exclaustración decretada por Mendizábal. Además, el historiador Mario Alonso Aguado, como experto en patrimonio mercedario, no quiere olvidarse del rico y variado patrimonio artístico y documental de la Merced en Herencia que lamentablemente fue destruido durante la incivil guerra de 1936 y al que dedica varias páginas. Centra su estudio en este punto, sobre todo, en el pormenorizado análisis de la antigua imagen de la Virgen de las Mercedes”.
La comunidad de San Sebastián y su mártir, fray Ricardo Vázquez Rodríguez, dan cuerpo al sexto y último capítulo de esta obra que cuenta además con cuatro anexos donde se recogen un decálogo del martirio, una oración para pedir la beatificación de los mártires y una breve mención al beato Mariano Alcalá y compañeros mártires de la provincia de Aragón.
¡Gracias, padre Mario Alonso, por este extraordinario trabajo!
La noticia aparecía en la publicación mercedaria Caminos de Liberación (enero-febrero 2004):
“Manuel Rodríguez Carrajo, vicepostulador de la Causa de los mártires mercedarios, estuvo presente en Toledo el pasado 9 de diciembre, día en que la archidiócesis primada abrió la causa de canonización de 800 mártires, víctimas de la persecución religiosa de 1936. La causa, encabezada por Eustaquio Nieto, obispo de Guadalajara, cuenta en sus filas con los mártires de la comunidad mercedaria de Herencia, en Ciudad Real”.
El padre Manuel Rodríguez Carrajo fue vicepostulador desde 1991 hasta su muerte. Finalmente, la Orden decidió reagrupar a los 18 mártires mercedarios de la Provincia de Castilla y se separaron de la Causa.
Amaneció al atardecer
El padre Mario Alonso Aguado, reconocido historiador mercedario, acaba de publicar Amaneció al atardecer. P. Manuel Cereijo y diecisiete compañeros, mercedarios mártires del siglo XX en España. Es el quincuagésimo número de la colección “Familia Mercedaria” editada por la Orden de la Merced.
Claro Manuel Fernández-Caballero Martín-Buitrago, en su web historiadeherencia.es, afirma que es “un libro muy bien cuidado, tanto en su texto como en su maquetación. En el mismo, a lo largo de sus 92 páginas, se recoge la semblanza de 18 mártires mercedarios de la provincia de Castilla”.
Esta obra busca perpetuar la memoria de los mártires mercedarios del siglo XX en un libro que agrupe sus semblanzas y donde se recojan los datos elementales de sus vidas, priorizando fechas como pueden ser las de nacimiento, bautismo, profesión religiosa, orden sacerdotal, etc. El autor huye, en todo momento, de valoraciones superlativas y de connotaciones políticas, a la vez que mantiene el rigor científico e histórico propios del trabajo de investigador como es el padre Mario Alonso Aguado.
El libro está estructurado en seis capítulos principales. Los dos primeros están dedicados a los mártires madrileños del convento de la Buena Dicha: Enrique Saco Pradeda, Guillermo Vázquez Núñez, Serafín Solaegui Duñabeita, Luis Barros Fernández, Tomás Tajadura Tajadura, José Benito Cereijo Muiños, Gonzalo Pérez González y en especial al padre Fray Manuel Cereijo Muiños, Gonzalo Pérez González, Agustín Salgueiro Rodríguez y, especialmente, al padre Manuel Cereijo Muiños, mártir que encabeza el grupo y a cuya semblanza se le dedica una mayor profundidad.
El tercer capítulo se centra en la comunidad-colegio de San Pedro de Madrid, y en sus frailes mártires, Leandro Hermida González, Patricio González Castaño y Serapio Paz Muras.
El cuarto y quinto capítulo recogen las semblanzas de la comunidad mercedaria de Herencia y los frailes Eliseo Pérez González, Olimpio Escudero González, Luis Arias López y Ramón Lago Parrado y Jesús Tizón Boleira.
Claro Manuel Fernández-Caballero afirma que “el autor introduce, aquí, un análisis histórico de La Merced en Herencia desde su fundación por parte de los mercedarios descalzos en 1656, motivo por el cual presenta también la semblanza del beato Antonio González Penín, mercedario descalzo que el 2 de febrero de 1893 acudiría a Herencia para restaurar la vida religiosa de la Merced Descalza en el convento, tras la ausencia provocada por la exclaustración decretada por Mendizábal. Además, el historiador Mario Alonso Aguado, como experto en patrimonio mercedario, no quiere olvidarse del rico y variado patrimonio artístico y documental de la Merced en Herencia que lamentablemente fue destruido durante la incivil guerra de 1936 y al que dedica varias páginas. Centra su estudio en este punto, sobre todo, en el pormenorizado análisis de la antigua imagen de la Virgen de las Mercedes”.
La comunidad de San Sebastián y su mártir, fray Ricardo Vázquez Rodríguez, dan cuerpo al sexto y último capítulo de esta obra que cuenta además con cuatro anexos donde se recogen un decálogo del martirio, una oración para pedir la beatificación de los mártires y una breve mención al beato Mariano Alcalá y compañeros mártires de la provincia de Aragón.
¡Gracias, padre Mario Alonso, por este extraordinario trabajo!
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