Preservativos-SIDA
“Hay una relación entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor tasa de contagios de Sida”. Son palabras de El máximo experto en Sida de Harvard, Edward Green, dando la razón al Papa. No sé por qué a este señor no le entrevista prácticamente nadie, por qué todos los medios pasan de él. O mejor dicho, sí lo sé; está claro que los negocios florecientes que rodean la enfermedad dan tanto dinero, que nadie se atreve con ellos. Estamos, como siempre, ante el poder del dinero contra la naturaleza. El hombre es superior al resto de especies. Somos animales, pero el Señor nos concedió una serie de cualidades que hacen que disfrutemos de la vida, no como animales. ¿Por qué no puedo disfrutar con las relaciones sexuales que me dé la gana con quien quiera? Pues muy fácil: porque lo que realmente me hace feliz es darme a los demás, no aprovecharme de ellos. Y lo que la Iglesia defiende es a mí, al ser humano, lo que el Señor más quiere en el mundo, ante toda la avalancha de los que quieren que volvamos a las cavernas como animales. El Papa, yendo a Africa, ha defendido la fidelidad y la castidad como antídotos del SIDA. Inmediatamente, parte del mundo se ha rasgado las vestiduras, cosa que me recordaba a la película de Mel Gibson, La Pasión, en la escena del interrogatorio a Jesús. No pueden aguantar que venga alguien de blanco a decirles verdades como puños. En la época del “todo vale”, del “todo es discutible”, viene una persona a decir lo que es blanco y lo que es negro ¡faltaría más! Va a decirnos éste cómo tenemos que actuar, y sobre todo, cómo tiene que vivir la gente, con lo que nos está costando que se olviden de pensar para tenerlos controlados. Benedicto XVI propone a Cristo como medida de las cosas, y esto es lo más progresista del mundo. Y los conservadores, que quieren que el mundo siga cayendo por el precipicio, no pueden aguantarlo. Señores, llevamos más de veinte siglos siguiendo a Cristo, y seguiremos así hasta el final de los tiempos. Y lo que es mejor: Jesús está deseando conocerte ¡acércate a Él! Eduardo Palanca
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