¡¡Nos engañan con la sentencia EpC!!
Queridos lectores de ReL. Les pido, más aún, les ruego, que no se dejen engañar con la sentencia EpC. Desde que se ha hecho público el resumen del fallo del Supremo, un titular ha recorrido de punta a punta internet y los medios de comunicación, especialmente los afines al Gobierno: el Supremo tumba la objeción. Es lo que querían: dar, con el primer golpe, un puñetazo en la cara a los objetores. Puro márketing. Pero la sentencia, y si no, al tiempo, va a incluir la victoria definitiva de los padres, más allá del simbólico despertar de las conciencias. Es decir, va a dar la razón jurídica a los objetores. Me explico. El martes por la tarde, pude constatar, por fuentes muy cercanas al proceso -que por profesionalidad y prudencia debo callar- pude constatar, digo, que la sentencia iba a tumbar la objeción. Así se lo hice saber a quienes debían saberlo, con la odiosa y consabida muletilla de "me dicen mis fuentes". Fuentes que han resultado, a las pocas horas, de toda solvencia. Las mismas fuentes que me apuntan, tras conocerse el resumen del fallo del Alto Tribunal, que la sentencia definitiva incluirá una recomendación al Gobierno para modificar los contenidos, porque pueden llegar a entrar en colisión con la educación moral que los padres quieran para sus hijos. Incluso, y esto ya es cosa mía, podría recomendarse al Ministerio que recupere los dos informes elaborados por el Consejo de Estado y por el Consejo Escolar del Estado (ambos preceptivos pero no vinculantes) que recomendaban modificar los contenidos hace ya dos años. Es decir: el Supremo daría la victoria de los objetores, sin humillar al Gobierno. Porque, no lo olvidemos, el objetivo no era la objeción, sino la modificación de la asignatura. La primera filtración ha llegado por vía ministerial. Miren qué medios han sido los primeros en dar la noticia: EFE, Cuatro, El País... y COPE. Así que, salvo Cope, todos tenían la intención -y la instrucción- de plantearlo como favorable al Gobierno. Si después se ha hecho público un resumen del fallo, que deja una puerta abierta incluso a la objeción, es pecata minuta, porque el titular ya estaba dado. ¿Entienden ahora que hubiese un video de Cabrera grabado desde el lunes, hablando de esta sentencia; que El País haya plegado velas estos días para justificar el procedimiento judicial que les sonreía; y que el chulo de Bermejo (ministro de Justicia) dijese que "acatarían la sentencia, fuese cual fuese", porque con eso implicaba un "...y la haremos acatar"? Desde que EpC llegó al Supremo, se planteaban varias posibilidades. Y la más fiable era (esto se publicó en Alfa y Omega ¡en noviembre!), la que estamos viviendo ahora: EpC sí, pero no así. Una asignatura obligatoria a la que se pudiera objetar, no se sostendría por sí misma, por lo que reconocer la objeción habría supuesto desacreditar al cien por cien la asignatura estrella de ZP. Y eso era inviable. ¿Han perdido los anti-EpC? En absoluto: la opción que vamos a ver en las próximas horas, quizá días o incluso un mes (si es que el imprescindible matiz se desvela con la sentencia, y no con el fallo) es la de una EpC modificada, que se limite a enseñar la Constitución. No nos dejemos engañar, ni llevar por el desánimo. Nuestra debilidad sería la derrota mayor. Si conocen a algún objetor, háganle saber que merece la pena esperar, porque quien ríe el último ríe mejor. Y si no, al tiempo. José Antonio Méndez