Dios existe, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida

Estos días ha surgido una noticia genial: los ateos, preocupados porque dudan de si Dios existe o no, idean una campaña pensando que así van a reafirmar sus ideas. Así, están alquilando autobuses para decir al mundo que se lo piensen, porque a ver si va a resultar que Dios existe y estamos todos equivocados. El lema que han elegido para la campaña es el título de este comentario, incluyendo la palabra "no" entre la primera y la segunda palabra, y empezando con un "probablemente". Yo me he permitido la licencia de quitar esos vocablos tan negativos, convirtiendo el lema en una idea para hablar de Dios tal como yo lo vivo. Porque a mí me preocuparía, y no disfrutaría nada de la vida, si resultase que Dios no existe. Como tengo la seguridad de que existe, dejo de preocuparme y vivo la vida plenamente, sin cortapisas, con total libertad. Como decía Chesterton, “quien no cree en Dios, cree en cualquier cosa”. Teniendo la fe que el Señor me regala, ya no me engañan tan fácilmente con historias paranoicas. A los que mandan en el mundo, y en particular en España, les conviene, más incluso que que pensemos como ellos, que no pensemos, porque así ellos manejan a su antojo al rebaño zopenco. Por eso los católicos no gustamos a mucha gente: no pueden dirigirnos por donde quieren. Los ateos viven su vida sin Dios, felices y contentos mientras no tienen ningún percance, pero no entienden por qué ellos sufren tanto con la vida y los católicos disfrutamos tanto. Yo estoy viviendo ahora mismo el final de la enfermedad de mi padre (mientras escribo este post me han llamado por teléfono para confirmármelo), y puedo decir que no sería ni remotamente parecido si no tuviera fe. Tengo la seguridad de que el Señor se llevará a mi padre cuando Él lo considere y, aunque le echaré mucho de menos, sé que va a estar genial en manos del Padre. Esta campaña es una noticia fenomenal para los católicos. Siempre, claro, que la sepamos aprovechar. Nos va a dar mucho juego para hablar de Cristo a nuestros amigos. Y en Cataluña no sobran, precisamente, personas a las que hablarles de Cristo más allá de todo ídolo nacionalista. Dios nos pone a huevo ocasiones como ésta para decir al mundo que deje de angustiarse por la crisis y por los problemas de cada día. Que nos ocupemos en solucionar los problemas, sin preocuparnos de que nos engullan. Que Él está con nosotros para lo que necesitemos, y que cuando lo deseemos, podemos encontrarle vivo y esperándonos en la Iglesia. . Y para los que gustan de la publicidad, que vean la campaña de un grupo de evangélicos. Eduardo Palanca