Yo también soy cristiano de Irak
No hace falta recordar lo que están viviendo los cristianos en Iraq, en los territorios que han caído bajo el control del Califato Islámico y en esos otros lugares que están amenazados por este expansivo islamismo. La sucesión de horrores a los que están sometidos nos ha impactado y nuestros corazones están sufriendo por estos hermanos en la fe. ¿Podemos hacer algo para aliviar la situación de esos cristianos perseguidos?
Siempre se puede hacer algo. En primer lugar, lo más importante, rezar por ellos y, tal y como ha pedido el Patriarca católico de Babilonia de los Caldeos, Mons. Louis Sako , ayunando por ellos, para pedir al Señor por la liberación de Mosul y de la llanura del Nínive. Podemos, también, dar a conocer la tragedia que están viviendo, que el silencio no sea una segunda muerte para quienes son perseguidos por su fe.
Pero estas Navidades Ayuda a la Iglesia Necesitada nos propone algo muy concreto: destinar una parte de nuestros gastos navideños a ayudar a los cristianos de Iraq. Y lo hace de modo claro y sencillo:
· Con una donación de 20 euros los niños refugiados huyendo del Califato islámico recibirán un regalo que incluye un abrigo, una Biblia y golosinas.
· Con una aportación de 25 euros al mes consigues que los cristianos no tengan que abandonar Iraq. Con ese dinero se paga alojamiento, educación y comida para las familias refugiadas.
· Con una aportación de 10 euros al mes se puede sostener a religiosos y catequistas en la zona, porque no sólo de pan vive el hombre.
Como pueden ver, hay diferentes opciones y presupuestos. Insisto: primero recen y, si pueden, ayunen. Y luego anímense a rascarse un poco el bolsillo por estos cristianos perseguidos. Será el mejor gasto que harán esta Navidad.