Hoy el reto del Amor es: no te desanimes

Año del Señor 2014
Lerma, 2 de Diciembre.

Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

 

LA DUREZA NECESARIA

 

Uno de los días de la Jornada de los niños me tocó ir a la cocina. Los macarrones nos los trajeron hechos, pero había que gratinarlos con queso rallado. Como no teníamos, fuimos a por queso en lonchas que nos habían regalado hacía poco, pensando que nos valdría rallándolo nosotras mismas. Y manos a la obra. Al comentárselo a Lety, me contestó: 

-Sin problema, tú lo pasas por el pasapurés y ya está.

 

Menos mal que fui con tiempo a la cocina... Yo, ni corta ni perezosa, desenvolví varios paquetes y, ¡a por ello! ¡¡Madre mía, la que se armó!! Una bola viscosa, compacta, pegada en la pieza de agujeritos... Del aparato no salía casi nada y lo poco que salía, en cuanto lo quería recoger, se me volvía a hacer una masa.

-¡Uff! ¿Qué hago ahora?  

 

Pero no hay que arredrarse en la vida y, a estas alturas, se tira para adelante. Pensé: "Los ingredientes son buenos... pues, ala, a hacer lo que puedas." Cogí la masa de queso y la repartí en bolitas. Después, con las tijeras, corté en tiras las lonchas que me quedaban. En fin, quedó tan bien que, si no os cuento la historia, nadie sabe lo que pasé. 

 

El Señor es un increíble pedagogo y suele enseñar con la vida real cosas que nunca olvidas. El resto de la mañana estuve pensando sobre la dureza necesaria para cada momento y circunstancia de nuestra vida. Sí, porque a veces podemos creer que el más bueno es el más blando, el que a todo condesciende, el que parece tener un carácter suave, fácil, agradable, etc. Sin embargo, hay momentos en que hay que estar un poco más duro para poder llevar a cabo una misión, una responsabilidad; hay momentos en los que nos toca sacar una fortaleza y arranque que no sospechamos que pudiésemos tener y, sin embargo, ahí estás, afrontando esa encomienda, ese imprevisto, esa situación, esa obligación o ese cariño que te hace dejar lo tuyo para acompañar y afrontar tantas cosas. Sí, hay que tener la “dureza” necesaria para no hacerte una pelota.

 

Y, de nuevo, un reto impresionante: “Yo no puedo”. ¡Claro! Sin duda todos habréis dicho con el corazón la respuesta: es Cristo quien lo puede en mí. Sí, hermanos, sí, Cristo es nuestra dureza y nuestra blandura para cada momento porque Él se pone a nuestro lado y hace que todo lo que tengamos que vivir sirva para su gloria y nuestro bien. Por eso, el reto de hoy es que, si te has metido en un lío cualquiera, no te desanimes, pide a Cristo que te conceda el temple necesario para mirarle a Él, darle la mano y seguir adelante. 

 

VIVE DE CRISTO

 

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