Hoy el reto del amor es dejar que Cristo te ilusione por algo.

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 

ILUSIÓNATE 

Estos días sor Agustina ha estado arreglando una mesa antigua para poder cambiar la que tenemos en la parte de atrás de nuestra iglesia. En esa mesa colocamos algunas de las cosas que hacemos nosotras (pulseras, rosarios, detentes…) y libros, evangelios… para que todo el que pasa se pueda llevar algo que le hable del Señor. 

Así que, viendo que se nos estaba quedando pequeña, rescató esta de los trasteros y comenzó su tarea: primero la lijó entera, lo más gordo a máquina y después a mano, la limpió y comenzó a darle alguna capa de barniz… Lo que parecía un trasto viejo, ¡lo está dejando como nuevo! 

Pero, para mí, lo mejor ha sido ver la ilusión que tenía ella. Se nota que es muy manitas, y estas cosas se le dan genial. Lo hace encantada y disfrutando, pensado y orando en la buena función que nos va a hacer luego. 

En la oración, le daba gracias al Señor por su ilusión, porque me impresionaba al verla. Y Él me fue poniendo palabras a lo que llevaba en el corazón. La ilusión brota de poner nuestros dones al servicio de los demás. Y este tipo de ilusión es un motor potentísimo que nos mueve, que nos lleva a entregarnos por amor.

El Señor nos ha dado un montón de dones a cada uno, y Su sueño es que nosotros los pongamos a crecer en función de los demás, que sean nuestro motor para amar y entregarnos. 

Jesús se escogió a doce apóstoles muy diferentes entre sí, de caracteres, de formación, de oficios que habían llevado a cabo: desde un recaudador de impuestos hasta pescadores, desde un sicario hasta campesinos… pero lo que todos tuvieron en común fue que, desde que se encontraron con Cristo personalmente, su forma de pensar, de entregarse, de desarrollar sus dones dejó de estar centrada en sí mismos y en sus intereses y comenzaron a vivir y a entregar todo en función de Él. 

Esta es la grandeza de la libertad que nos da Cristo, poder entregarnos y disfrutar haciéndolo. Esta es la clave de la felicidad, que la ilusión no termina cuando nos dejamos llenar de Él para darnos a los demás.

Hoy el reto del amor es dejar que Cristo te ilusione por algo. En tu interior hay mucha Vida, la que Él mismo te ha puesto y, para descubrirla, tan solo tienes que darla. 

VIVE DE CRISTO

¡Feliz día!