«Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito».
Reflexión Domingo XX del Tiempo Ordinario
«Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito».
Queridos hermanos:
Estamos ante el domingo XX del Tiempo Ordinario. ¿Qué dice la Iglesia? Hemos escuchado en la Primera Palabra del Profeta Jeremías que los príncipes van ante el rey y le dicen que el profeta Jeremías está desmoralizando a los soldados y que este profeta no busca el bien del pueblo, sino su desgracia, entonces el rey les entrega al profeta Jeremías y estos lo arrojaron al aljibe lleno de lodo. Ebedmélec sin embargo va a decirle al rey que esos hombres han tratado injustamente al profeta Jeremías al arrojarlo al aljibe y el rey manda a recoger al profeta y a salvarlo. ¿Qué dice esta Palabra? ¿Cuánta gente que conocemos nos han enjuiciado en falso? Tantas veces, hermanos, somo objeto de injusticias a causa de la verdad, cuántas veces nos han condenado a base de mentiras y engaños. Pero notemos una cosa, hermanos, fijémonos en Jeremías, quien sin resistirse espera pacientemente que Dios lo libre, que Él le salve. Unámonos al salmista y cantemos juntos “Señor date prisa en socorrerme”, porque me están persiguiendo, me están engañando, y el Señor pondrá en nuestra boca un cantico nuevo, y cantaremos “Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor se cuida de mí; tú eres mi auxilio y mi liberación: Dios mío, no tardes”.
La Segunda Palabra que nos da la Iglesia es de la Carta a los Hebreos, donde nos muestra que Jesús, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz sin miedo a la ignominia, y ahora está sentado a la derecha del Padre. Jesús nos pone ante la verdad, el soportó nuestra oposición y nos dio gratuitamente el poder nacer de lo alto. Cristo hermanos, ha asumido en su cuerpo todas nuestras injusticias y está con nosotros cuando las sufrimos. El demonio nos engaña tantas veces con la soledad, diciéndonos que todos, también Dios, nos han abandonado. Por eso ánimo hermanos, Cristo no nos abandona, Él ha tomado nuestro lugar y está con nosotros en todo momento.
El Evangelio es de San Lucas ¿Qué quiere decir esta Palabra? ¿Qué es lo que ha traído Jesús? El amor de Dios que empieza a quemar desde la Cruz. La cruz establece una lucha entre nuestra voluntad y la voluntad de Dios, por eso dice: “pensáis que he venido a traer paz” es decir burguesía. No, no he venido a traer ausencia de conflictos, sino que he venido a traer la paz, que es fruto de Dios, y está paz está siempre en lucha constante contra el mal. El combate que Jesús está decidido a librar no es contra los hombres o poderes humanos, sino contra el enemigo de Dios y del hombre que es Satanás, el demonio, el que nos acusa. Por eso las persecuciones que sufrimos, son persecuciones donde el Señor quiere destruir nuestra instalación, nuestra burguesía. Es tan fácil engañar al otro por el afecto, y todos estamos necesitados de afecto, por eso dice Gandhi: no hay derecho a que ensucies al otro con tu afecto. Conquistas al otro por el afecto, pero no lo seduces con la verdad, que es lo que ha hecho Jesús. María que es la Virgen Madre Reina, compartió hasta al martirio del alma la lucha de su hijo Jesús contra el maligno. Invoquemos su intercesión materna que nos ayude a ser siempre testigos de la paz de Cristo, que es la salvación del hombre.
Hoy más que nunca estamos seducidos por el demonio, engañados con las guerras, que genera más violencia, más odio. Lo que trae Jesús es Paz, nos invita a nacer de lo alto.
+ Que la bendición de Dios esté con todos ustedes.
Mons. José Luis del Palacio
Obispo E. del Callao