Reflexionando sobre el Evangelio (Mc 3, 1-6)
Desafiar lo que no viene de Dios
El Evangelio de hoy miércoles es muy conocido: la curación de quien tenía una mano paralizada dentro de una sinagoga. ¿Curar en sábado? ¿Cómo se atrevió Cristo a desafiar lo que los judíos tenían establecido? Los seres humanos tendemos a estructuralizar la sociedad, nuestros comportamiento y hasta la misma vida que vivimos. Crear estructura de comportamiento es al mismo tiempo una forma de control social y una forma de vivir sin tener que decidir por sí mismo. Dios nos quiere libres para decidir. Libres para hacer el bien por encima de los convencionalismos que imperan en cada etapa de la historia
Porque sabían que había de curarlo del todo. "Entonces Jesús, clavando en ellos sus ojos llenos de indignación". El mirarlos con indignación y entristecerse por su ceguedad conviene a la humanidad que se dignó tomar por nosotros. Junta, pues, el milagro a la palabra y con ella sola cura al hombre. Prosigue: "La extendió, y le quedó perfectamente sana". Con todos estos hechos responde a las acusaciones lanzadas contra sus discípulos y manifiesta que su vida existe sobre la ley. (Pseudo-Crisóstomo, Vict. Ant. e Cat in Marc)
La vida está por encima de la ley humana. La vida está en sintonía directa con la ley de Dios. A veces las confundimos consciente o inconscientemente. A veces utilizamos la capacidad de contradecir normas, para contradecir la misma ley de Dios. No es fácil ser libre. No es fácil porque sólo la Gracia de Dios nos permite serlo. Sólo la Gracia de Dios hizo que la Virgen diera el sí más libre de la historia del mundo. De igual forma, Cristo decide curar en sábado, aunque contradiga la ley humana que derivaba de un precepto divino. Santificar las fiesta no conlleva dejar de curar en sábado. Santificar las fiestas conlleva hacer que el tiempo libre sea tiempo sagrado para dedicar a Dios.
Hoy en día hay tantas tradiciones, costumbres. hábitos, normativas de cada gueto eclesial, indicaciones de autoridades eclesiales, que es muy fácil confundir cualquiera de ellas con la Ley de Dios y la Tradición Apostólica. Nos dedicamos a señalar a quienes incumple costumbres de determinado momento/grupo eclesial, diciendo que rompen con Dios. Somos tan osados como los judíos que se escandalizaron con Cristo al curar en sábado. Nos rasgamos las vestiduras cuando nos contradicen. Pero ¿Qué es lo que desea Dios? Sin duda que digamos un sí parecido al de Nuestra Señora. Un sí que destroce las cadenas que nos unen a tantas tradiciones humanas que nos encierran.
En una sociedad que se dedica a contradecirse continuamente, es imposible que haya entendimiento y sentimiento de unidad. La unidad necesita centrarse en lo esencial y en la tolerancia de lo que no es esencial ni va contra lo esencial. Eso hizo justamente Cristo. Curó en sábado porque la caridad está por encima de las reglas que la impiden. Ojalá seamos capaces de encontrar la unidad sin obligarnos ni maltratarnos. Sólo el Espíritu Santo lo puede realizar. Recemos para que sea así.