Hoy el reto del amor es tener paciencia
por El Reto Del Amor
Año del Señor 2021
5 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CON CALMA
En muchas salas del convento la luz está dividida por secciones: hay varios interruptores para encender más o menos bombillas, en función de lo que necesites.
El otro día fui a una de esas salas y pulsé el primer interruptor. No sucedió nada. “Vaya, se ha fundido”, dije. Di al siguiente, que funcionó a la primera.
Ayer volví a la misma sala y, de nuevo, presioné el primer interruptor. Ninguna luz... “¡Ay, sigue fundida...”, pensé, mientras daba al segundo. Cogí lo que necesitaba y salí, apagando el interruptor.
Al poco, por el pasillo me llegó el sonido de dos hermanas que comentaban:
-Mira, alguien se ha dejado la luz encendida.
-No se habrá dado cuenta... Como esta bombilla nueva tarda en encenderse, habrá pensado que no funciona...
¡Habían dado en el clavo! ¡Me faltó la paciencia! Y es que hay cosas que, realmente, necesitan su tiempo. Si es así en una simple bombilla, ¡imagina para que nuestro corazón brille en todo su esplendor!
Muchas veces he pensado que el Señor es un poco... “lento”. Es cierto que sus tiempos no son los nuestros, ¡pero a veces me gustaría que obrase con más velocidad! Sin embargo, hoy he entendido que Cristo no es lento... sino paciente.
Él sabe bien que los procesos son necesarios, ¡que es precisamente caminando como mejor aprendemos! Y, por eso, sabe esperar, nos deja ir descubriendo poco a poco los secretos de nuestra alma. Y, es tan bueno, que no se impacienta nunca, ¡pues sabe que a nadie nos gusta que nos metan prisa!
Decía un escritor que, en esta sociedad tan eficaz, la mayor prueba de amor es ser capaz de perder el tiempo con alguien, ¡no hacer nada, solo estar! Pues en esta sociedad, Jesús ha demostrado, una vez más, que nos ama hasta el extremo de esperar a nuestro lado, ¡incluso por años!
Hoy el reto del amor es tener paciencia. ¡Y en primer lugar, contigo mismo! Cristo no espera que recorras todo el camino de un salto, sino que vayas paso a paso, día a día, ¡vela a vela, como nuestra corona de Adviento! Si hoy descubres pobrezas en ti, debilidades, errores... no desesperes: ¡Cristo sigue trabajando en ti! Pide perdón, sigue caminando, ¡y daLe tiempo! Recuerda que Él prometió hacerte “luz del mundo”, ¡no descansará hasta que tu bombilla ilumine la oscuridad! ¡Feliz II Domingo de Adviento!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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