El guión de Gil Tamayo
El laicismo montaraz y el progresismo trabucaire se las prometían felices tras la primera rueda de prensa del nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal, Gil Tamayo, porque interpretaron sus palabras como una aproximación a las tesis libertarias cultivadas por la alegre muchachada del 15-M en las acampadas en la Puerta del Sol. Pero ha bastado un día para que cunda la decepción entre las filas de los exegetas laicos, quienes han comprobado lo inútil que resulta aproximarse a la hermenéutica desde la ideología.
La segunda rueda de prensa ha puesto las cosas en su sitio. Gil Tamayo no se sale del guión episcopal: defiende la vida desde la concepción, la asignatura obligatoria de Religión y la financiación de la Iglesia a través de la declaración de la renta. Si el laicismo esperaba que en la comparecencia gritara viva la muerte es porque desconoce que la Iglesia puede cambiar de cara, pero no de alma. Si le va bien con su sistema, para qué modificar la táctica. Por decirlo con el argot de la medular: el laicismo creía que Del Bosque sacaría a Diego Costa, pero al final ha sustituido a Villa por Negredo.
La segunda rueda de prensa ha puesto las cosas en su sitio. Gil Tamayo no se sale del guión episcopal: defiende la vida desde la concepción, la asignatura obligatoria de Religión y la financiación de la Iglesia a través de la declaración de la renta. Si el laicismo esperaba que en la comparecencia gritara viva la muerte es porque desconoce que la Iglesia puede cambiar de cara, pero no de alma. Si le va bien con su sistema, para qué modificar la táctica. Por decirlo con el argot de la medular: el laicismo creía que Del Bosque sacaría a Diego Costa, pero al final ha sustituido a Villa por Negredo.
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