Por ahí te pudras
La lepra no sólo es enfermedad non grata en los ambientes vegetarianos, sino también en los asadores. Tal que en los tiempos de Jesús el leproso mantiene hoy su condición de apestado urbi et orbi porque la carne es débil y este mundo es de los fuertes. Otra cosa bien distinta es el reino de Dios. De ahí que una institución como la Iglesia atienda como Él manda a los que coexisten con la pupa viva, a imitación del que en su día dio una hermosa lección de piedad dermatológica.
En concreto, la Iglesia es titular de medio millar de leproserías repartidas por diversos países como franquicias del cielo donde estos enfermos ocupan los sitios de honor mientras en el resto de lugares les dicen por ahí te pudras. Hay quien no entiende que los misioneros que les cuidan tengan el corazón contento, pero esto es porque para la civilización actual la felicidad estriba en subir al podio. Es el problema de considerar que para reír el último hay que llegar primero en vez de saber llegar.
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