Chica lista
Puede que una chica con ganas de destacar en el mundo de la moda tenga como única noción de las matemáticas su número de la suerte, 90-60-90, pero puede también que en lo concerniente a medidas se decante por las de la circunferencia. Es decir, que sea una chica lista. El estereotipo que presenta a estas jóvenes como palurdas con buen tipo se sustenta en la respuesta que dio una de ellas a una pregunta sobre Rusia, de la que dijo, más o menos, que era una nación llena de rusos. Y el caso es que la respuesta no es tan tonta. Si le hacen la pregunta a un adicto a la resaca te dirá que hay mucho vodka y si se la haces a un compañero del metal que hay mucha libertad.
Los detractores de los concursos de belleza aseguran que son peores que los de bebedores de Mahou porque consideran que para alcanzar un vientre plano hace falta domesticar la voluntad en tanto que para conseguir una barriga cervecera lo que fluye es el carpe diem. También arguyen que el coeficiente intelectual del conjunto de las participantes está por debajo del percentil. No estoy de acuerdo. Y menos después de que la nueva Miss Mundo, Megan Young, diga que es contraria al aborto porque entiende que el feto es una persona en vías de desarrollo, conclusión mucho más certera que la de Bibiana Aido, que confunde el aborto con la silicona, dejar a un pecho sin niño con ponerse tetas.