Decálogo contra la Religión
El colectivo Laikotasuna esgrime una decena de razones para que los padres españoles no matriculen a sus hijos en Religión. El decálogo, que no se cierra en dos, sino en banda, considera probado que el catolicismo en una ideología, que la asignatura atenta contra la libertad sexual, que adoctrina al alumnado y que algunos de sus contenidos chocan de frente con la ciencia. Un punto, el noveno, incluso advierte de que la asignatura frena el pensamiento crítico, que es como decir que su ingestión en ayunas, antes del donuts del recreo, produce efectos secundarios en la mente estudiantil.
Para desmontar tantos clichés no hay que cursar teología, basta con matricularse en sentido común. Que el catolicismo no es el negociado espiritual de la Falange lo demuestra la presencia activa de la Iglesia en la periferia. Que esta materia no busca el adoctrinamiento se deduce de que la Iglesia la prefiere opcional en vez de troncal en secundaria. El libre albedrío, ya saben. En cuanto a la ciencia, Eintein es la suma espacio/tiempo del amor eterno de Dios y el de sus progenitores. Lo que nos lleva al sexo: no parece que la frase creced y multiplicaos sea una llamada a la castidad.