Una Encíclica para nuestra Agenda
¡Qué gran regalo estival para el mundo, la Carta encíclica del Sumo Pontífice Francisco sobre la fe! "Lo más importante es que ha sido escrita a cuatro manos, como decía el mismo Papa Francisco al anunciarla, y lógicamente es firmada por el Papa Francisco, que la hace suya en todo su contenido", escribía nuestro obispo Demetrio, en las páginas del periódico "La Razón".
Coincidía con la visión de Giovanni María Vian, el director de "L,Osservatore Romano", que la contempla "como un puente de enlace entre los pontificados de Benedicto XVI y de su sucesor Francisco". La clave de esta encíclica es el mismo titulo: "La luz de la fe".
La fe es, ante todo luz, la luz del Misterio que se refleja en el rostro de Cristo, la que brilla en sus obras y entrega a sus discípulos. Ella nos ilumina primero el corazón de Dios, desde él nuestra filiación y finalmente la fraternidad universal, que no se funda sólo en la igualdad de los hombres, sino en la paternidad de Dios. La encíclica pone en primer plano la fe como luz, don divino, gran alegría, inconmensurable tesoro. Una fe que nace de la escucha de Dios, de la personalización diaria en la oración, del testimonio y servicio al prójimo. Esta es una encíclica para llevarla en nuestra Agenda del alma, para ir escogiendo, uno a uno, sus mensajes más hermosos. Espigamos algunos de ellos.
1. "Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso".
2. "La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida".
3. "Tenemos necesidad de alguien que sea fiable y experto en las cosas de Dios. Jesús, su Hijo, se presenta como aquel que nos explica a Dios".
4. "Como respuesta del hombre a Dios, la fe tiene estas modulaciones:creer que es verdad los que Jesús nos dice; creer a Jesús, cuando aceptamos su Palabra, su testimonio, porque Él es veraz; creer en Jesús, cuando lo acogemos personalmente en nuestra vida y nos confiamos a Él, uniéndonos a Él mediante el amor y siguiéndolo a lo largo del camino".
5. "María, la Madre del Señor, es icono perfecto de la fe. En su vida, María ha realizado la peregrinación de la fe, siguiendo a su Hijo".
Coincidía con la visión de Giovanni María Vian, el director de "L,Osservatore Romano", que la contempla "como un puente de enlace entre los pontificados de Benedicto XVI y de su sucesor Francisco". La clave de esta encíclica es el mismo titulo: "La luz de la fe".
La fe es, ante todo luz, la luz del Misterio que se refleja en el rostro de Cristo, la que brilla en sus obras y entrega a sus discípulos. Ella nos ilumina primero el corazón de Dios, desde él nuestra filiación y finalmente la fraternidad universal, que no se funda sólo en la igualdad de los hombres, sino en la paternidad de Dios. La encíclica pone en primer plano la fe como luz, don divino, gran alegría, inconmensurable tesoro. Una fe que nace de la escucha de Dios, de la personalización diaria en la oración, del testimonio y servicio al prójimo. Esta es una encíclica para llevarla en nuestra Agenda del alma, para ir escogiendo, uno a uno, sus mensajes más hermosos. Espigamos algunos de ellos.
1. "Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso".
2. "La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida".
3. "Tenemos necesidad de alguien que sea fiable y experto en las cosas de Dios. Jesús, su Hijo, se presenta como aquel que nos explica a Dios".
4. "Como respuesta del hombre a Dios, la fe tiene estas modulaciones:creer que es verdad los que Jesús nos dice; creer a Jesús, cuando aceptamos su Palabra, su testimonio, porque Él es veraz; creer en Jesús, cuando lo acogemos personalmente en nuestra vida y nos confiamos a Él, uniéndonos a Él mediante el amor y siguiéndolo a lo largo del camino".
5. "María, la Madre del Señor, es icono perfecto de la fe. En su vida, María ha realizado la peregrinación de la fe, siguiendo a su Hijo".
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