Obispo de Bangassou: "Una corriente islámica muy fuerte quiere entrar en el corazón de Africa"
por En cuerpo y alma
He tenido el inmenso honor y el gran placer de haber podido entrevistar en exclusiva para Radio María y para Religión en Libertad a uno de esos grandes españoles que hay repartidos por los cuatro puntos cardinales de este pequeño planeta que es la tierra, Mons. D. Juan José Aguirre, Obispo de Bangassou, en Centroáfrica, país que registra una situación dificilísima ante el desconocimiento e indiferencia del mundo, con un golpe de estado del que Mons. Aguirre nos da, como van Vds. a ver, todas las claves.
Mons. Aguirre |
En Cuerpo y Alma. Monseñor, ¿cómo se da que un cordobés como Vd. acabe en Centroáfrica?
Mons. Aguirre. Los misioneros combonianos, los que publican la revista Mundo Negro en Arturo Soria, me prepararon. Entré con ellos con 17 años y me prepararon 10 años y me destinaron a Centroafrica, donde vivo desde hace 34. Toda mi vida de misión la he pasado aquí, y hace 14 años me eligieron en Bangassou para el servicio del episcopado. Vivo con mi gente, intento organizar la iglesia, hacerla crecer, presentar a Jesús como el centro de nuestra vida, y nos ha tocado vivir muchas alegrías y también muchas penas y muchas lágrimas.
ECyA. Antes de entrar de lleno en materia, dígame, como es la República Centroafricana?
M.A. Es un país muy grande, una vez y media España, compuesto por agricultores, cazadores, muy poco poblado, 4 millones de habitantes, pero muy grande. Un país con unas etnias bien distribuídas en las regiones y donde hemos tenido una cantidad enorme de golpes militares desde hace más de 20-25 años. Golpes militares que son una repetición cambiando siempre de régimen, de regímenes muy frágiles. El atractivo del poder ha llevado a mucha violencia, donde siempre la población es la que sufre. Como decimos aquí en Africa, cuando dos elefantes se pelean la que sufre es la hierba bajo sus pies.
ECyA. ¿Qué lenguas se hablan en Centroáfrica, qué lenguas habla Vd.?
M.A. Hablamos el sango que es la lengua que nos une a todos, y además cada etnia tiene su lengua. Yo viví los primeros siete años de mi apostolado en una misión en la frontera con Sudán y allí aprendí el sande, que es un alengua muy bonita que me costó mucho aprender. El francés lo habla todo el mundo. Y en casa hablamos el italiano porque mis compañeros son italianos, aquí donde estoy en estos momentos, en la capital en Bangui. Español no hablo casi con nadie, con Vd. ahora por teléfono.
ECyA. ¿Y cuál es la situación religiosa del país?
M.A. La gente es muy religiosa. Hay un 30% de católicos, un 30% de protestantes y ahora hay un 15% de musulmanes que puede crecer muchísimo en los próximos años, porque el régimen que acaba de implantarse hace una semana con un golpe de estado bastante violento es un régimen islámico, y yo creo que muchos, sobre todo sudaneses y chadianos, van a invadir entre comillas la República de Centroáfrica y la tasa de musulmanes va a subir muchísimo. En el gobierno que acaban de hacer hace unos días, la mitad de sus miembros son musulmanes, es decir que ahora a Centroáfrica le tocará mirar hacia La Meca.
ECyA. ¿Y cómo son los cristianos del país?
M. A. La población católica y la protestante son muy dinámicas. La Iglesia es muy dinámica. Aquí la gente es religiosa, naturalmente religiosa, les gusta mucho participar en encuentros, vienen masivamente a las iglesias, tenemos misas que pueden durar dos horas, les gusta mucho participar, son muy protagonistas, en la misa les gusta mucho cantar, expresar su religiosidad de muchas maneras.
Tendremos que vivir en la convivencia con el mundo musulmán, nos la impone también la política. Es un poco el decorado con el que tenemos que vivir en los próximos años. Y lo haremos, nos adaptaremos como el camaleón, porque la vida es así, y los problemas están por todos sitios, porque como decía, ¿quién me decía esto? ¿mi abuela? Cuando las cosas están mal no hagas nada para ponerlas peor. Mejor no tocar nada y seguir adelante y adaptarnos como el camaleón.
ECyA. ¿Cómo son las relaciones entre las comunidades cristianas del país?
M.A. Buenas, muy buenas. Aparte algún grupo sectario muy minoritario, más violento… Como decimos para entendernos, toquemos los puntos que nos unen y dejemos los que nos traen discordia. Aquí en Centroáfrica la vida es muy corta, la esperanza de vida al nacer es de apenas 45 años, se vive muy poco y la muerte está muy barata. Si encima nos vamos a pelear por cuestiones religiosas pues nos complicamos la vida. El africano en general, el centroafricano, nos ha ayudado mucho a los que hemos venido de fuera a quitarle leña al fuego, a quitarle la complicación a las cosas, a hacer las cosas más naturales, a buscar la simplicidad. Si uno es de una religión y el otro es de otra, una rama protestante, lo dejamos en paz y que sea como él quiera ser. No vamos a complicarnos la vida en pelearnos. Vamos a vivir y vamos a intentar vivir lo poco que toca vivir, porque la vida es corta como digo, llevándonos lo mejor posible entre nosotros.
ECyA. ¿Y con la comunidad islámica?
M.A. Ha sido muy buena hasta ahora ¿eh?, ha sido muy buena… no cordial, pero al menos muy dialogante y muy tolerante. Pero ahora, después de un golpe de estado donde nos han impuesto cantidad de cosas, donde han atacado especialmente las misiones católicas pero con una ferocidad que nos os podéis imaginar desde allí. Hemos visto destruídas nuestras misiones, robados nuestros coches, asaltados sistemáticamente… Ahora va a ser muy difícil poder hablar de perdón, poder hablar de perdonar al otro, decir que si estás odiando y tienes una cicatriz dentro que te está amargando la vida que hay que perdonar… Va a ser un lenguaje muy difícil porque la gente está muy dolida. Esta gente está aguantando auténticos chaparrones impresionantes… en esta semana en concreto. Ha sido una semana sistemática de saqueos, de violaciones, de pillaje sistemático de los bienes personales, de las iglesias, de las protestantes también. Va a ser muy complicado restablecer la concordia y la paz como tiene que ser.
ECyA. ¿Y cuál es la situación actual en Centroáfrica?
M.A. Cuando hay militares pegando golpes, toda la violencia impuesta a golpe de fusil o metralleta es muy dura. Yo he vivido muchos momentos muy duros en donde las balas me han pasado rozando y siempre tienes miedo. Esta vez ha sido un golpe especial porque viene de fuera, es decir que no son centroafricanos quienes lo han provocado, son extranjeros. Hemos visto como nos asaltaban las misiones, rompían la pediatría que tenemos en Bangassou, no sólo la robaban sino que después la rompían, rompían la farmacia por el gusto de romper, hablando entre ellos en árabe, lo cual quiere decir que son gente que viene de fuera, chadianos mayoría, sudaneses la mayoría. Y entonces esta vez la perplejidad es mucho más grande. No son dos facciones que luchan por el poder en Centroáfrica, es gente de fuera que ha entrado invadiendo la frontera, que ha invadido el territorio y que ahora se ha impuesto aquí con un golpe de estado. Y ahora tenemos por ejemplo el segundo de a bordo del nuevo gobierno es chadiano. Vd. imagine un nuevo gobierno en España y el vicepresidente es coreano, o es griego, esta es la situación que estamos viviendo aquí. Es muy duro porque todo el país está dentro de esta violencia gratuita… esta situación tan dura que estamos viviendo yo creo que es la primera vez que la hemos vivido.
ECyA. Se trata por lo tanto de una situación que trasciende el ámbito centroafricano…
M.A. La de Sudán del Sur es una situación en la que los cristianos son muy fuertes y muy arraigados en sus creencias, protestantes o católicas. Por ahí el islam no va a entrar. Entonces se han venido a Centroáfrica, que es un país mucho más frágil. Yo creo que hay una corriente islámica muy fuerte que está en toda la franja del Sahel que quiere entrar en el corazón de Africa. No lo han podido hacer a través del sur por lo que he dicho antes y han escogido Centroáfrica. Es un caso muy parecido al de Malí, en donde corrientes del norte fundamentalistas y yihadistas, con deseos de aplicar la ley islámica, han intentado tomar la capital Bamako y allí ha intervenido un gobierno que es el francés para ponerle el alto. En Centroáfrica la situación ha sido muy parecida, y sin embargo, los franceses han mirado para otro sitio. Esos son los misterios de la política internacional.
ECyA. ¿Y por qué en este preciso momento?
M. A. Este movimiento que está en toda la franja del Sahel está alimentado desde la muerte de Gadafi por muchas, muchísimas armas, que han salido de ese país, de Libia, armas que hemos fabricado en Europa y que hemos vendido a Gadafi Alemania, Italia, España, Francia… Estas armas están desperdigándose por toda la franja saheliana para alimentar a una serie de grupúsculos con aire islámico, con aire fundamentalista. También un poco, yo imagino, alimentado económicamente por países con sus petrodólares, que no quiero nombrar. Están intentando entrar en el centro de Africa para imponer gobiernos musulmanes y nos ha tocado a nosotros, Centroáfrica.
ECyA. Y en su opinión, ¿por qué Francia mira para otro lado en el caso centroafricano?
M.A. Yo creo que el presidente que acaba de ser depuesto le ha hecho muchos desaires a Francia. Francia como antigua potencia colonizadora de Centroáfrica ha mirado siempre por sus intereses, ha exigido tener empresas que puedan sacar de Centroáfrica la riqueza del subsuelo. Es el tema económico, no el político ni el religioso, el económico, el que impera muchas veces. Centroáfrica es un país muy pobre, pero al mismo tiempo, muy rico: en diamantes sobre todo, en uranio, en oro, y ahora en petróleo, se ha descubierto zonas con una gran riqueza de petróleo. Centroáfrica, como otros muchos países de los 53 países africanos, son países que tienen la riqueza natural, pero no tienen las máquinas, y necesitan gente, compañías que vengan de fuera, y ahí están como aves de rapiña intentado hincar el diente todos los países. Ultimamente, el presidente Bosife apenas depuesto, le ha hecho desaires a Francia, dando concesiones mineras a otros países, como por ejemplo Sudáfrica, o como por ejemplo, la China, o una compañía americana que explota el petróleo y esto le ha sentado muy mal al Gobierno francés. Esto ha podido ser una de las razones por las que Francia ha mirado para otro lado.
ECyA. Dígame Monseñor, ¿cómo era el gobierno derrocado?
M.A. Era un gobierno frágil, muy frágil, que dependía de la Unión Europea en todo. Era un gobierno también con mucha corrupción y era un gobierno haciendo un nepotismo escandaloso.
Cuando estábamos en este punto de la conversación, se nos cortó la comunicación telefónica, muy deficiente por otro lado, algo que ya me había advertido Monseñor que podía pasar en cualquier momento, y ahí nos quedamos, lo que no quiere decir que lo que nos ha contado Mons. Aguirre, el obispo español que es Obispo de Bangassou en la línea de los grandes misioneros españoles de todas las épocas, no haya tenido tiempo de dejarnos un testimonio fabuloso y enriquecedor, valiosísimo para entender mucho de lo que está ocurriendo no sólo en Centroáfrica, sino en todo el continente negro en general.
Mi agradecimiento a Eduardo Tello, fiel lector de esta columna, y a Miguel Aguirre, hermano de Mons. Aguirre, de la Fundación Bangassou (http://www.fundacionbangassou.com), que tanto me han ayudado para hacer posible esta entrevista.
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