Termómetro: ¿hasta cuando Nigeria?, la desconocida situación en República Centroafricana y Birmania

 

            En República Centroafricana, uno de esos escenarios mundiales anónimos de violencia desatada. El obispo español de Bangassou, Juan José Aguirre, ha enviado una carta a la Fundación Bangassou en la que alerta sobre la situación por la que pasa el país en la que entre otras cosas dice: “Desde el mes de diciembre me he quedado en Bangassou, sin querer moverme, a causa de la situación política del país, la llegada de un grupo de rebeldes islámicos que han querido tomar el poder, han ocupado las principales ciudades del país, han bloqueado la ruta desde Bangui hasta cerca de Bangassou, nos han asfixiado”. “Un destacamento escindido de los rebeldes ha venido hasta Bangassou y la han tomado después de 5 horas de lucha con los militares. Se han cortado las comunicaciones. Nos han cogido 5 coches de la misión y se han ido por la ruta del este a perseguir a los soldados que huían” “Acabo de hablar con la religiosa peruana que está en Zemio y me ha dicho que será prudente pero que no tiene miedo, que si quieren robar que se lleven lo que quieran pero que ellas la mision no la abandonan. Los tres padres centroafricanos están también allí aguantando el chaparrón”. “Varios de los grupos rebeldes que se unieron para presionar al gobierno y entrar en él se están disgregando otra vez y atacando ciudades nuevas, la última Bangassou el lunes pasado”.

 

Mons. Juan José Aguirre, obispo de Bangassou

           Un misionero informa de que “han destrozado la casa de los padres espiritanos y la casa de las hermanas franciscanas, el garaje y la carpintería. Entraron en el hospital general, también en nuestro hospital de Bangondé saqueando la farmacia y destrozando el quirófano y el dispensario”. “Han arrasado el Colegio San Pierre Claver, han entrado en las habitaciones de los sacerdotes y les han cogido lo que les ha convenido, teléfonos, radio… Al entrar en la ciudad de Bangassou se dirigieron directamente a la misión”.

 

            La República Centroafricana, con cinco millones de habitantes, es uno de los países más pobres del mundo, y ello a pesar de la riqueza de su suelo, con uranio y diamantes, en la que por si fuera poco se hacinan los refugiados de los países vecinos en conflicto, como Sudán y Congo. Según datos del informe de Libertad religiosa de Ayuda a la Iglesia Necesitada, dos de cada tres habitantes profesan el critianismo, uno de cada cinco el animismo, y uno de cada siete el islam.

 

            En Egipto. Según informa el Washington Post, en la ciudad de al-Wasta al sur del país cientos de musulmanes atacaron los negocios regentados por cristianos y rodearon dos iglesias en busca de una niña cuya familia acusaba a los cristianos de haberla secuestrado, a pesar de que el fiscal Hamdi Farouk declarara que no hay razones para sospechar que haya sido secuestrada por cristianos y el jefe de seguridad Ibrahim Hudeib sostiene que mas bien parece que hubiera huído con un muchacho musulmán. Las fuerzas de seguridad actuaron y no hubo que lamentar víctimas

 

            En Birmania. Según reporta Morning Star News,   docenas de civiles han sido asesinados y cientos de casas e iglesias han sido atacados e incendiados por las tropas del ejército birmano en el estado cristiano de Kachin, donde han sido asesinadas por lo menos nueve personas entre septiembre y febrero últimos, según el Kachin Women’s Association of Thailand (KWAT). Los ataques registrados por esta asociación incluyen una granada que estalló en Mayan el 14 de enero, que costó la vida a una mujer y su hija, la quema de una iglesia el 16 de enero en la iglesia baptista de Hpakant, otra bomba el 14 de enero en Laiza, con dos hombres muertos y el pastor y cuatro personas más, entre ellas dos niñas de 2 y 10 años heridas; la quema de 296 de las 520 casas en Namsanyang el 6 de enero; la muerte de un agricultor como resultado del ataque a un campo de cultivo el 27 de diciembre; la de dos civiles el 2 de noviembre en Tahtechaung;la muerte de un niño y la quema de un refugio con 600 personas dentro el 15 de octubre en Chipwi Township; el bombardeo de una escuela en Hpakant con una niña muerta y ocho niños heridos. Según KWAT, 66 iglesias han sido quemadas y 64 mujeres y ñiñas han sido violadas por soldados birmanos desde junio de 2011, cuando en el estado de Kachin se alcanzó un alto el fuego. El activista de Kachin La Nu Nan asegura que “cuando visité Kachin recientemente, me dijeron que unos 200 ciudadanos habían sido asesinados, de los cuales un 40% niños” añadiendo que la guerra había producido el desplazamiento de cien mil personas. Señala igualmente que el gobierno federal formado por budistas no permite la libertad religiosa en el estado. Kachin es el estado más septentrional de Birmania, y aquél en toda Birmania en el que hay más cristianos, que podrían llegar a ser mayoría. Dispone teóricamente de un régimen autonomista, pero como se ve, registra severos problemas con la mayoría budista del país al que pertenece.

 

            En Kazastán. Según informa persecution.org El nuevo código Penal del país podría considerar como delitos ciertas manifestaciones religiosas de grupos religiosos no registrados por el Gobierno, castigándolos con penas de hasta cuatro meses de prisión. Por otro lado, hasta quince personas han sido condenadas desde el mes de junio por comportamientos relacionados con la libertad religiosa según la plataforma Forum 18 bajo el vigente Código de ofensas administrativas.

 

            En Pakistán, las buenas noticias de hoy. Según informa News.va, el joven de quince años Ryan Stanton, ha sido sacado del país junto con su familia. La detención por la turba de Ryan en el pasado mes de octubre en el barrio de Gulshan-i-Iqbal, en Karachi, fue acompañado de disturbios y de quema de casas, y el chico y su familia pudieron huir y mantenerse escondidos durante varios meses. El muchacho declaró que en realidad eran sus compañeros los que habían utilizado su móvil para realizar las blasfemias por las que era acusado. La niña cristiana Rafia Mansha, de 14 años, secuestrada por un musulmán en diciembre y forzada a convertirse y a casarse con él, recurrió a la justicia que declaró su matrimonio “falso e ilegal” y devolvió la niña a su familia. El número de niñas cristianas e hindúes secuestradas para forzarlas a casarse podría ascender a un millar en los últimos años.

 

            En Nigeria. Entre la cada vez más evidente indiferencia de la sociedad internacional y de los medios de comunicación, se ha producido en las últimas semanas un recrudecimiento de la situación en el país. Según informa Christian Today en Adwan, en el estado de Kaduna, niños cristianos tuvieron que esconderse entre las formaciones rocosas del lugar para salvar la vida, no salvándose de la carnicería una niña de 13 años, y un bebé de 6 meses y tres personas más. Once cristianos hubieron de ser hospitalizados. Las víctimas del ataque se hallaban en un funeral cuando apareció un grupo de hombres armados disparando. Una de las niñas Martha Blessed, fue disparada mientras protegía a su hermanito. Tras el tiroteo los atacantes intentaron sin conseguirlo derruir mediante una bomba la iglesia del pueblo. Al parecer el tiroteo duró hasta tres horas, sin que apareciera ninguna fuerza policial. El ataque se producía dos días después de otro similar con diez víctimas en un pueblo cerca de Jos en el estado de Plateau.

 

            Por otro lado, según informa persecution.org un atentado perpetrado por dos suicidas a bordo de un automóvil cargado de explosivos en una estación de autobús en un barrio cristiano de Kano, la segunda ciudad más grande de Nigeria, arroja ya un saldo mínimo de 41 víctimas mortales y más de sesenta heridos. Aunque el Presidente Goodluck Jonathan ha declarado que continuará su lucha contra el terrorismo lo cierto es que el Gobierno poco ha hecho hasta la fecha contra el terrorismo de Boko Haram. Se da la circunstancia de que no es la primera vez que la misma estación de autobuses es escenario de una masacxre terrorista, ya que ya lo fue en enero del pasado año.

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