La vida consagrada en el "Año de la fe"
La Iglesia dedica cada año una jornada a la vida consagrada, -el dia 2 de febrero, que coincide con la fiesta de la Presentación del Señor en el templo-, este año, con el lema "La vida consagrada en el Año de la Fe". Un buen momento, una magnifica ocasión para dirigir nuestra mirada a los conventos y monasterios, a las casas de las comunidades de religiosos y religiosas, con un latido de amor en nuestro corazón y una palabra de felicitación en nuestros labios. Ellas y ellos son personas que, dóciles a la llamada de Dios, han escogido este camino de especial seguimiento de Jesucristo para entregarse a Él, dejándolo todo, en una vida de seguimiento radical con la profesión de los consejos evangélicos. Los religiosos y las religiosas son hoy, verdaderamente, un signo viviente de la presencia de Cristo resucitado en el mundo.
Benedicto XVI, en la carta apostólica sobre el Año de la Fe que estamos celebrando, escribe unas palabras que son para todos los cristianos, pero de una manera especial para los religiosos y religiosas: "Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de aquellos que, iluminados en la mente y en el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, aquella que no tiene fin". Los religiosos y las religiosas son unos testigos cualificados de la fe, porque han consagrado su vida a Cristo, dejándolo todo.
Hacemos nuestro el deseo expresado en el reciente Sínodo de los Obispos, en su mensaje final: "Que llegue a estos hermanos y hermanas nuestros la gratitud por su fidelidad a la llamada del Señor y por la contribución que han hecho y hacen a la misión de la Iglesia".
Buen dia para pensar y recordar la vida religiosa, sus problemas y preocipaciones, y para sentir con ellos sus mismos ideales, en torno al altar de Dios.
Benedicto XVI, en la carta apostólica sobre el Año de la Fe que estamos celebrando, escribe unas palabras que son para todos los cristianos, pero de una manera especial para los religiosos y religiosas: "Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de aquellos que, iluminados en la mente y en el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, aquella que no tiene fin". Los religiosos y las religiosas son unos testigos cualificados de la fe, porque han consagrado su vida a Cristo, dejándolo todo.
Hacemos nuestro el deseo expresado en el reciente Sínodo de los Obispos, en su mensaje final: "Que llegue a estos hermanos y hermanas nuestros la gratitud por su fidelidad a la llamada del Señor y por la contribución que han hecho y hacen a la misión de la Iglesia".
Buen dia para pensar y recordar la vida religiosa, sus problemas y preocipaciones, y para sentir con ellos sus mismos ideales, en torno al altar de Dios.
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