Las felicitaciones más hermosas

Ya están sobre la mesa, y ojalá tambien en nuestros corazones, los christmas multicolores, las felicitaciones navideñas. Las más hermosas, sin duda, son las que nos ofrecen el paisaje del Nacimiento, el portal de Belén, el Niño Dios en su cuna, o alguno de aquellos paisajes que la imaginación ha ido colocando como escenario de la llegada de Jesús al mundo. El Dios que nos nace en Nochebuena no es el Dios frío y abstracto de los filósofos. Nace en un pesebre, se hace Niño, se mancha con nuestro barro, experimenta la pobreza y la persecución, la alegría y el dolor, la amistad y la traición, la muerte y la resurrección. Es un Dios con rostros humano, que nos ama hasta el extremo, que nos llama a su seguimiento, que espera nuestro amor, y que en esta Navidad quiere nacer en nuestros corazones y en nuestras vidas, para convertirlas, salvarlas, dignificarlas y llenarlas de plenitud y sentido.

Por todo esto, una oleada de felicitaciones navideñas se esparcen por todo el mundo, -correo postal, correo electrónico, móviles-, deseando, transmitiendo, añorando quizás y pidiendo, un mundo mejor, por más humano y más cristiano. El obispo de Córdoba, don Demetrio, tras evocar unas palabras de San Juan de Ávila, pide en su christma que "el todo Hermoso te colme de su gracia y hermosura en esta Santa Navidad".

El obispo auxiliar de Sevilla, Santiago Gómez, anhela "que esta Buena Noticia llene de alegría y de paz a vuestras comunidades, a vuestras familias y a todos los hombres de buena voluntad en esta Navidad y en el año 2013".

Los seminaristas cordobeses y sus formadores oran a Dios nuestro Padre "para que nos abra la mente y el corazón a la venida en nuestra carne de su Hijo, y para que con su presencia manifestemos los frutos de la paz y el perdón".

La comisión episcopal de Medios, a través del director de su secretariado, José G. Vera, desea en estos dias de Navidad, "la alegría y la paz del Niño Jesús, nacido en Belén y la bendición de Dios para un 2013 cargado de buenas noticias".

Las clarisas capuchinas de Córdoba envían una postal con una oración al Niño de Belén del beato Juan XXIII: "Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces, con tanta violencia, y que Tu sólo puedes dar; ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre".

Y por último, el christma de la biblioteca sacerdotal Breña, deseando una feliz Navidad, "con un luminoso encuentro con Jesucristo en el Año de la fe".

Son, ciertamente, las felicitaciones más hermosas, las que presentan a Dios, hecho Niño, naciendo en un portal; las que se dirigen a nuestro corazón; las que nos invitan a caminar con esperanza, a pesar de tantos dramas personales, familiares y sociales. La Navidad nos ofrece al Salvador.