Un paso (muy pequeño) adelante
La verdad es que aún no se sabe con exactitud en qué va a consistir la reforma de la ley del aborto que ha anunciado el ministro de Justicia español, Alberto Ruiz Gallardón. Los políticos, sobre todo cuando hace falta distraer la atención de otros temas –en este caso, la crisis económica- a veces juegan a amagar y no dar, simplemente para que se hable de algo que al Gobierno, o a la oposición, le interesa.
De momento, lo que sabemos, que es muy poco, es que se va a suprimir como excusa para el aborto el hecho de que el feto presente algún tipo de malformación o síndrome. Curiosamente, se anuncia esto a la par que se conoce la posibilidad de que una joven con síndrome de Dawn se convierta en la primera concejala de España, concretamente de Valladolid, gobernada por el Partido Popular. O sea, que si son capaces de llegar a concejales –y a otras cosas muchísimo más importantes- no parece lógico que se les condene a muerte por el simple hecho de que no son supuestamente “normales”.
Me parece importante el anuncio hecho por el ministro español, que confío en que salve la vida a muchos maravillosos seres humanos con síndrome de Down. Queda sin aclarar qué va a pasar con el llamado cuarto supuesto para permitir el aborto, el de la salud psíquica de la madre, pues si éste no se modifica, valdrá muy poco la reforma anterior, ya que la mujer podrá seguir alegando que necesita matar a su hijo para no quedar traumatizada con su nacimiento.
En cualquier caso, y sin tirar las campanas al vuelo hasta no conocer el desarrollo completo de la reforma de la ley del aborto, con mucha prudencia por lo tanto, creo que hay que aplaudir una iniciativa que rompe con una tendencia. Hasta ahora, en materia de aborto, lo que venía sucediendo era una progresiva modificación de la ley para facilitar ese genocidio horroroso. El colmo sucedió con la última reforma, llevada a cabo por el gobierno socialista de Zapatero, que llegó a calificar el aborto como un derecho humano. Eso, más allá de cualquier otra consideración y repercusión en el número de crímenes que se pudieran cometer, representaba por sí mismo el cruce de una frontera. El aborto dejaba de ser un mal despenalizado para convertirse en un derecho. La perspectiva había cambiado radicalmente, con repercusiones gravísimas no sólo para los no nacidos, sino también para los defensores de la vida, que podían ser enjuiciados como enemigos de los derechos humanos y ver cómo se les aplicaban leyes parecidas a las que caen sobre los terroristas.
Con la nueva reforma hay un cambio de tendencia y un cambio de actitud. Por primera vez se restringe legalmente el aborto y por primera el Partido Popular no se dedica a dar por bueno lo que hicieron sus predecesores socialistas cuando gobernaron. Estábamos acostumbrados a que el PSOE hacía leyes cada vez más abortistas y el PP las dejaba como estaban. Cambiar esta tendencia ya es un signo esperanzador. Si ahora ese cambio es consistente y no se queda en un simple maquillaje, tendremos muchos motivos para estar contentos y para garantizarle nuestro apoyo al partido político que ha sido capaz de desafiar a los poderosos lobbys anti vida que gobiernan el mundo.
http://www.magnificat.tv/es/node/1601/2 De momento, lo que sabemos, que es muy poco, es que se va a suprimir como excusa para el aborto el hecho de que el feto presente algún tipo de malformación o síndrome. Curiosamente, se anuncia esto a la par que se conoce la posibilidad de que una joven con síndrome de Dawn se convierta en la primera concejala de España, concretamente de Valladolid, gobernada por el Partido Popular. O sea, que si son capaces de llegar a concejales –y a otras cosas muchísimo más importantes- no parece lógico que se les condene a muerte por el simple hecho de que no son supuestamente “normales”.
Me parece importante el anuncio hecho por el ministro español, que confío en que salve la vida a muchos maravillosos seres humanos con síndrome de Down. Queda sin aclarar qué va a pasar con el llamado cuarto supuesto para permitir el aborto, el de la salud psíquica de la madre, pues si éste no se modifica, valdrá muy poco la reforma anterior, ya que la mujer podrá seguir alegando que necesita matar a su hijo para no quedar traumatizada con su nacimiento.
En cualquier caso, y sin tirar las campanas al vuelo hasta no conocer el desarrollo completo de la reforma de la ley del aborto, con mucha prudencia por lo tanto, creo que hay que aplaudir una iniciativa que rompe con una tendencia. Hasta ahora, en materia de aborto, lo que venía sucediendo era una progresiva modificación de la ley para facilitar ese genocidio horroroso. El colmo sucedió con la última reforma, llevada a cabo por el gobierno socialista de Zapatero, que llegó a calificar el aborto como un derecho humano. Eso, más allá de cualquier otra consideración y repercusión en el número de crímenes que se pudieran cometer, representaba por sí mismo el cruce de una frontera. El aborto dejaba de ser un mal despenalizado para convertirse en un derecho. La perspectiva había cambiado radicalmente, con repercusiones gravísimas no sólo para los no nacidos, sino también para los defensores de la vida, que podían ser enjuiciados como enemigos de los derechos humanos y ver cómo se les aplicaban leyes parecidas a las que caen sobre los terroristas.
Con la nueva reforma hay un cambio de tendencia y un cambio de actitud. Por primera vez se restringe legalmente el aborto y por primera el Partido Popular no se dedica a dar por bueno lo que hicieron sus predecesores socialistas cuando gobernaron. Estábamos acostumbrados a que el PSOE hacía leyes cada vez más abortistas y el PP las dejaba como estaban. Cambiar esta tendencia ya es un signo esperanzador. Si ahora ese cambio es consistente y no se queda en un simple maquillaje, tendremos muchos motivos para estar contentos y para garantizarle nuestro apoyo al partido político que ha sido capaz de desafiar a los poderosos lobbys anti vida que gobiernan el mundo.
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