Las comunicaciones sociales

El domingo 20 de mayo, fiesta de la Ascensión del Señor, se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, la única jornada mundial establecida por el Concilio Vaticano II en 1963, mediante el decreto conciliar "Inter Mirífica", que trató sobre los Medios de Comunicación.

El pasado 24 de enero, fiesta de san Francisco de Sales, el Papa Benedicto XVI dirigió a toda la humanidad, y en especial a los católicos, un mensaje con motivo de esta jornada, en el que nos habla del "Silencio y la Palabra: camino de evangelización". Ideas preciosas y sugerentes: "para escuchar la Palabra es necesario el silencio. Tanto el silencio como la palabra son partes integrantes del proceso comunicativo", nos decía Benedicto XVI. El silencio es necesario para que percibamos, acojamos y asumamos la verdad, sobre todo, la Verdad que proviene del Padre. De ahí, la necesidad de encontrar espacios para la escucha, meditación y comunión de la Palabra de Dios. "Será en el silencio, subraya el Papa, en la escucha y en la acogida de la Palabra donde se nos revele el verdadero rostro del Padre, el cual envió a su Hijo único para la salvación de todo el género humano. Antes de lanzarnos a comunicar la Palabra de Dios es muy importante que aprendamos a escuchar y contemplar, tal como hizo María, que guardaba todas estas cosas en el corazón".

¿Qué nos pide hoy la Iglesia en esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales?
Primero, llevar a nuestra oración los Medios: prensa, radio, cine, televisión e Internet. Rezar por empresarios, periodistas, informadores, técnicos y usuarios, para que engrandezcan su misión y la realicen con responsabilidad y plenitud.

Segundo, saber elegir con libertad y conocimiento para nuestra mejor información y formación: medios de garantía, programas concretos, espacios que iluminen nuestros pasos.

Tercero, prestar atención y apoyo a los medios religiosos, que garantizan las buenas noticias, la vida de apostólica y pastoral, la marcha de la Iglesia.

Cuarto, saber utilizar los avances tecnológicos para nuestra mejor formación: la informática, las técnicas digitales, la transmisión de la palabra, la de las imágenes.

Quinto, los medios se encuentran en una gran encrucijada, en la que el futuro es el móvil, convertido ya en ordenador y "tablet.

Sexto, la técnica no es la palabra, ni el silencio, ni la misión, ni el testimonio. La técnica está al servicio del hombre y el hombre a la escucha de Dios.

Séptimo, todos los Medios están a nuestro alcance: ¿qué buscamos en ellos? ¿cómo utilizarlos? ¿podemos servirnos todo lo que nos ofrecen?

Octavo, lo importante es la comunicación, el contenido, lo que nos ofrece, nos aporta, todo aquello que nos va a enriquecer.

Noveno, pensemos sobre los Medios, meditemos sobre ellos, recemos por los profesionales de los Medios. ¿Qué tipo de medio es hoy el más adecuado para el hombre de la calle? ¿Podemos proyectar su futuro, de alguna forma?

Décimo, la Iglesia nos invita a contemplar los Medios de Comunicación Social como los nuevos areópagos para proclamar la Buena Noticia. Pero ¿llevamos en el corazón esa Buena Noticia? ¿La vivimos? ¿La transparentamos en la vida, cada jornada?