El papa, padre de papa, que asesinó a dos papas

            Es una más de las muchas efemérides de las que me hago eco en el Día Cualquiera del día de hoy, que puede Vd. conocer mejor si pincha aquí, la cual extraigo para mejor desarrollo del tema, bien reveladora del grado de corrupción al que había llegado la Iglesia en el que los historiadores conocen como “siglo de hierro”, “siglo de plomo”, “seculum obscurum” y hasta “pornocracia”, que de todas maneras se le ha llamado. Un siglo, incluso algo más de un siglo, en el que no hay fechoría que no cometan unos papas al lado de los cuales, el célebre Alejandro VI, nuestro setabense Rodrigo Borgia, pasa por una hermanita de la caridad. En una Roma, no está de más recordarlo, que pasa por sus horas más bajas como ciudad, poblada por 40.000 habitantes a duras penas, -ella que había sobrepasado el millón en los tiempos gloriosos del Imperio-, sometida a plagas, pestes, hambre, delincuencia, prostitución, etc.

             Corre un día como el de hoy pero del año 904, hace pues, 1117 años clavados. Sergio III, centésimo décimo noveno papa de la Iglesia Católica, tras abandonar su obligado refugio en Caere, de donde es obispo, es consagrado papa. Para ello ha tenido que entrar armado en Roma y descabalgar de la silla de Pedro a Cristóbal, un pontífice cuya legitimidad es tan cuestionable, que hasta mediados del s. XX figuró en las listas de papas, aunque hoy se lo considera uno más de los muchos antipapas que en la Iglesia han sido.

             Sergio es un peón más en las luchas entre las principales familias romanas por hacerse con la silla de Pedro y por ejercer influencia en el Imperio. No debía de ser, sin embargo, cualquier peón, cuando no son pocos los cronistas de la época que le acusan de haber mandado matar a sus dos predecesores en la silla de Pedro, el ya mencionado Cristóbal y también el predecesor de éste, León V. Cristóbal, de hecho, sobrevivirá dos años a su destronamiento, y si según algunas versiones termina sus días retirado en un monasterio, en otras es estrangulado por orden de Sergio III.

             Por si ello fuera poco, de sus relaciones con Marozia, verdadero poder en la sombra, la mujer que ponía y quitaba papa hasta el punto de decirse que la leyenda de la Papisa Juana se inspira en ella, Sergio III habría tenido un hijo, que, para colmo, también accederá a la silla de Pedro, cosa que hará con el nombre de Juan XI.

             La Enciclopedia Católica es condescendiente con Sergio, asegurando que “nuestro conocimiento de Sergio proviene de sus adversarios […] aportada sólo por sus enemigos mal informados y no tiene sentido comparado con lo que dicen de él respetables contemporáneos”.

             Opuesto al partido del papa Formoso que le había precedido en tres papados, y que es quién de hecho, lo consagra obispo de Caere, aunque al parecer lo hace con la sola intención de alejarlo de Roma, siendo precisamente obispo de Caere Sergio participa en la ominoso episodio del llamado Concilio Cadavérico, en el que una vez ya muerto, se juzga al Papa Formoso, lo que para mayor escarnio se hace en presencia de su cadáver, exhumado ex professo para la ocasión. Todo, como se ve, muy edificante

             Amén de todo ello, Sergio tendrá un papado largo, de más de siete años, durante los cuales confirma el establecimiento de nuevas sedes en Inglaterra y restaura la basílica Laterana, San Juan de Letrán, catedral de Roma, y no San Pedro como se tiende a creer, basílica esta última en la que será enterrado aunque según creo, no queda rastro de su tumba.

             Y con esta noticia me despido por hoy, no sin desearles como siempre que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.

            ^©L.A.

            Si desea ponerse en contacto con el autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es. En Twitter  @LuisAntequeraB