En la tarde del 20 de julio de 1936 unos sesenta anarquistas armados irrumpieron en la comunidad de Barbastro en que residían sesenta Misioneros Claretianos, para practicar un registro y ver si escondían armas, como se había propagado calumniosamente de los religiosos durante aquellos últimos años. A pesar de no encontrar armas, fueron detenidos. Los misioneros vestían sotana. Durante el registro dos sacerdotes lograron evitar la profanación de la eucaristía, la distribuyeron en parte y la escondieron en un maletín, entre ropa.Hasta primeros de agosto, el comité de Barbastro se mantuvo en una actitud moderada. A partir del fusilamiento, por error, de cuatro anarquistas de Barcelona, cargados con un botín de objetos religiosos de oro y plata, se presentó en Barbastro Buenaventura Durruti, el jefe anarquista que atacaba Zaragoza, y exigió que se pusiese fin a tanta sotana y a la vida del Obispo, detenido en los Escolapios.El 2 de agosto, a las dos de la mañana, se llevaron a cabo dos sacas de veinte presos cada una. Los fusilaron en el cementerio de Barbastro. Entre los ejecutados fueron los tres misioneros de más edad: el Padre Felipe de Jesús Munárriz, superior; el Padre Juan Díaz Nosti, formador de los estudiantes; y el Padre Leoncio Pérez, administrador. Estos se habían dedicado a animar a los otros sacerdotes a alcanzar la palma del martirio. Murieron al grito de “¡Viva Cristo Rey!”. Desde ese día, ya nadie se hizo ilusiones. Había comenzado la hecatombe de mártires de Barbastro. Cada noche circulaban los nombres de las víctimas, y la certeza de que ningún sacerdote ni seglar católico había renegado de su fe, para salvar la vida, a pesar de las ofertas.Así pues, las estaciones de dolor y de gloria de los Mártires Claretianos de Barbastro culminaron en cinco días distintos: 2, 12, 13, 15 y 18 del mes de agosto de 1936. En el salón de los Escolapios quedaban los demás, confiados en que el Señor haría de buen Cireneo ayudándoles a llevar la cruz.De los 51 Mártires Claretianos de Barbastro beatificados por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992, sólo 9 sobrepasaban los 25 años; 9 tenían 22 años y 3 habían cumplido sólo 21. Beato Felipe de Jesús Munárriz Azcona Nació en Allo (Navarra) el día 4 de febrero de 1875. Tuvo dos hermanos sacerdotes claretianos: Julián y Saturnino. Sus padres emigraron a Barcelona cuando los tres hermanos eran todavía muy niños. Ingresó en el colegio de Barbastro, continuó en Cervera y Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). Desempeñó el cargo de formador de seminaristas en Cervera, Barbastro y Alagón. Fue superior de las comunidades de Barcelona, Cartagena, Zaragoza y Barbastro. En el momento de la detención de la comunidad de Barbastro, él era el superior. Tenía 61 años. Beato Juan Díaz Nosti Nació en la ciudad de Oviedo el día 17 de febrero de 1880. Primer asturiano claretiano. Sus padres se trasladaron a vivir a Barcelona. Allí conoció a los claretianos. Ingresó en el colegio de Barbastro, y continuó en Cervera y Alagón. Enseñó moral en Alagón y Aranda de Duero. Fue superior de la casa de Calatayud. Al empezar la guerra era prefecto y profesor de moral de los estudiantes teólogos de Barbastro. Tenía 56 años. Beato Leoncio Pérez Ramos Nació Muro de Aguas (La Rioja) el día 12 de septiembre de 1875. Ingresó en el colegio de Alagón y continuó en Cervera y Santo Domingo de la Calzada. Fue ordenado sacerdote en Miranda de Ebro el año 1901. Ocupó los cargos de superior y de ecónomo en las comunidades de Olesa de Montserrat, Aranda de Duero, Barcelona, Tarragona, Lérida, Játiva, Alagón y Barbastro. Tenía 60 años. Enlace interesante:http://www.claretianos.co.cr/Escenas%20del%20Martirio.htm