Apología de la fidelidad

Dos veces en un brevísimo trayecto de taxi me he cruzado con un anuncio que invita expresamente a la mujer casada a ser infiel. El anuncio dice así: "¿Estás casada?... Revive la pasión. Vive una aventura. 100% confidencial." Cinco veces desde que he salido de casa esta mañana, es decir, cinco anuncios machacones en menos de dos horas y en sitios bastante alejados unos de otros. Toda una campaña enormemente capciosa contra la fidelidad, zafia, descarada y agresiva. Verdaderamente maligna. En realidad es un anuncio de prostitución masculino reglado de algún modo.
Pensando en cómo respondía a un ataque tan desvergonzado de una manera constructiva, he decidido que lo mejor era replicar con una apología de la fidelidad en el matrimonio, tan poco de moda.

Porque ser fiel es una opción que te engrandece como persona, que dignifica a la persona que tienes al lado y no la cosifica. Que permite que te tomes en serio a ti mismo y no juegues con la vida, las personas, los hijos, los valores y los sentimientos.

Porque la fidelidad permite mirar, descubrir y redescubrir a la persona con la que has elegido recorrer este paso por la tierra, y profundizar en lo que es ser persona, con sus luces y sus sombras.
Porque ser fiel te permite y te empuja a ser creativo, te obliga a renovar la mirada que tienes en el otro, y a creer en las posibilidades más que en las limitaciones. Es una oportunidad de crecer realmente y de aprender a comunicarte confiada y asertivamente.

Porque ser fiel te evita recurrir a soluciones aparentemente fáciles que luego en realidad lo que hacen es complicarte mucho tu existencia y la de los que te rodean, cuando no destruirla.
Porque ser fiel te enseña que hay un gozo mucho mayor en aprender a amar de corazón a corazón, que en buscar un placer momentáneo y engañoso.
Porque la fidelidad encierra fortaleza, amor verdadero (¿recordáis la película La Princesa Prometida?), compromiso y generosidad.

La fidelidad, además, comienza con uno mismo. En ese caso se llama integridad. Desear ser íntegro es un primer paso para poder ser fiel, y al mismo tiempo, ser fiel te ayuda a ser íntegro. En estos días, en que la esquizofrenia, la bipolaridad empiezan a estar aceptadas, casi de moda, hablar de fidelidad e integridad... ¿os parece trasnochado?

Este anuncio, esta iniciativa, no sé de qué cabeza puede surgir. Lo que es seguro es que bebe de fuentes de aguas turbias.

Bebamos nosotros de la fuente de agua clara, limpia, transparente, que es Jesús Resucitado, el amigo que nunca falla, fiel hasta la muerte.