Encontrarás dragones

Ayer tuve ocasión de asistir a un pase previo de la película "Encontrarás dragones", que se estrena en España el próximo 25 de marzo.

Salí fascinada. No me esperaba tanta calidad. Superó con creces mis expectativas. No soy una entendida, pero me gusta ir al cine y disfrutar con lo que veo. Me gusta también que la película me enriquezca en el sentido de que me conmueva, me interpele acerca de mis sentimientos y de mis valores, así como de mis elecciones. Y si eso va acompañado de calidad de imagen, buena música, buenos actores, tanto mejor. En general, y aun valorándolo, no me satisface que sólo se dé mensaje; ya que estoy viendo cine, le pido al cine que despliegue sus posibilidades. Esta película lo hace. Es un "drama épico", ha dicho el productor Ignacio Gómez Sancha. Es una película en la que sonríes, te llenas de ternura, lloras, te sobresaltas, sufres, y finalmente, sales lleno de esperanza y con ganas de perdonar y de elegir lo mejor. 

Se agolpan en mi interior multitud de impresiones y reflexiones después de verla. Es de esas películas que empiezas a ver y te olvidas del tiempo y de todo. Estupendo el enfoque del contraste entre los dos personajes, José María y Manolo. El primero real e histórico, el segundo ficticio sólo en cuanto que el personaje histórico no existió, pero muy real en cuanto al drama humano que encarna. Es en este personaje donde entiendes el título de la película que me resultaba, antes de verla,  bastante críptico. "Con la palabra “dragones”" -dice el productor- "quiere referirse a todo lo que nos desconcierta y nos hace sufrir: la seguridad de la muerte, el dolor inesperado, la culpa propia, la traición del amigo, los sentimientos de celo o de envidia: ese tipo de situaciones con que todo ser humano se las tiene que ver antes o después, y que exigen una respuesta que no es posible eludir. No puedes evitar hallar dragones, viene a decir la película; lo que importa es cómo te enfrentas a ellos. La película explora las consecuencias de tus decisiones, y se pregunta si un error puede tener redención."

El escenario de la guerra, a mi modo de ver, no es el tema de la película. Sirve para poner de manifiesto hasta dónde puede llegar un ser humano, para bien y para mal. Y es esta diferencia la que te va interpelando a medida que se suceden las distintas escenas. Así consigue el director del film, Roland Joffé, su objetivo, tal como lo cuenta Gómez Sancha: "Lo que sí me dijo Roland en infinidad de ocasiones es que su intención no era dar una clase de historia, sino sobre todo mostrar a los personajes y sus emociones."

Finalmente, me queda por mencionar el tema del perdón, que recorre la película de principio a fin.
"Todo santo tiene su pasado, y todo pecador tiene su futuro", se dice en un momento dado en la película. Todo santo tiene su pasado porque es dueño de su vida. Posee el pasado porque ha logrado reconciliarse con él. Ha perdonado, y vive perdonando. Sin embargo el que no vive reconciliado se ve obligado a vivir esclavo del presente de forma alienada (sin sentido) y de un futuro que ilusoriamente le sirve de escapatoria. Quien no vive reconciliado vive gobernado por el miedo, y en su corazón no hay lugar ni para la confianza ni para la auténtica esperanza. Un corazón que ha perdonado, que se ha reconciliado, es un corazón maduro y confiado capaz de vivir con esperanza e ilusión.

Todavía me vienen más detalles de la película: las huellas en la nieve, el grano de chocolate, las semillas que crecen en el corazón de un niño, los beneficios del amor de unos padres, el judío que muere entonando el shema israel de la mano de José María, el hermosísimo final...

Una tras otra, las escenas están llenas de riqueza y de profundidad. ¡Ya lo veréis!

Éste es el vídeo del trailer oficial de la película. ¡No os la perdáis!

www.youtube.com/watch

Adjunto este otro vídeo en que Roland Joffe habla de la película. Vale la pena verlo.

www.youtube.com/watch

¡Que la disfrutéis!