Construir sobre roca

Construir sobre roca, para Jesús, es escuchar sus palabras y... PONERLAS EN PRÁCTICA. Me resultaba familiar la parábola de los hombres que construyen su casa sobre arena y sobre roca respectivamente. Últimamente de una manera más intensa gracias a una colección de DVDs para niños inspirados en las palabras de Jesús que se titula justamente La casita sobre la Roca. (www.valivan.com) y, precisamente por la alegría con que es presentada la historia del hombre que construye su casa sobre roca, la tenía muy fresca en mi interior.

Ayer, cuando leí de nuevo este Evangelio (Mt 7, 21-27) me detuve en un detalle que no había apreciado en otras ocasiones. Al parecer, tanto el hombre que construye su casa sobre roca como el que la construye sobre arena, han escuchado las palabras de Jesús. La diferencia es que el primero las pone en práctica y el segundo no. Ambos han conocido al Maestro y lo han escuchado, pero uno ha hecho suyo el mensaje y ha pasado a la acción, mientras que el otro no. Y las consecuencias de no hacerlo no son nada halagüeñas.

Este Evangelio me ha interpelado en un sentido espiritual, pues Jesús en el propio texto explica los efectos que tiene en el nivel del espíritu no poner en práctica sus palabras, siendo muy claro y no especialmente conciliador.

Como siempre, también en este caso, el nivel humano no es muy diferente del nivel del espíritu. ¿Hemos pensado en el coste que tiene para nosotros y para los que nos rodean no llevar a cabo lo que Dios susurra a nuestro corazón o simplemente, nuestras buenas ideas?

Un autor moderno, Robin Sharma, dice "Ideation without execution is delusion", que a mi modo de entender significa que todo aquello que ideamos, o deseamos hacer, o imaginamos poder hacer, y luego no hacemos, en nuestro interior se convierte en una frustración. Cuantas más ideas y menos acciones, más frustrados vivimos y con un concepto de nosotros mismos cada vez más bajo.
De las ideas, de las ilusiones y proyectos que tengamos, vayamos escogiendo uno a uno, y pongámoslos en acción. De esta forma nos sentiremos más vivos. La vida seguirá pasando deprisa, pero no nos parecerá que se nos escapa, porque también en el plano de lo humano estaremos construyendo sobre roca. Las consecuencias de no hacerlo es una vida tibia, sin pasión y sin sentido, en realidad, es una especie de claudicación humana y muerte espiritual.

El camino está trazado. Construir sobre roca es escuchar y poner en práctica, idear y ejecutar.

La Vida pasa por esto.