Diez propósitos para el Año Nuevo
por Antonio Gil
El Año Nuevo, flamante, prometedor, esperanzado, nos invita a estrenar nuestra Agenda, -la Agenda del alma, sobre todo-, con una lista de pequeños propósitos, fáciles de soñar y de cumplir.
1. Cada día, al menos, "un minuto para Dios ante el Sagrario". No olvidemos que para solucionar los problemas, "lo más eficaz es rezar ante el Santísimo".
2. Cada día, al menos, un breve saludo a la Santísima Virgen, nuestra Madre: el Ángelus, el rezo del rosario, la jaculatoria improvisada y cariñosa.
3. Cada día, al menos, tres minutos de lectura espiritual: el Evangelio, el Catecismo, la voz del Papa o de nuestros pastores.
4. Cada día, al menos, una perla para nuestra agenda: una idea nueva, un pensamiento feliz, un mensaje de luz y de esperanza. Algo así, por ejemplo: "Ser cristiano es dejar que Cristo acontezca en tu vida".
5. Cada día, al menos, un gesto hermoso en nuestra vida: una sonrisa cordial y amable, una palabra de aliento y de optimismo, un favor sacrificado y generoso, una limosna.
6. Cada día, al menos, un eslogan que nos haga caminar con ilusión, por ejemplo: "comprométete", o "primero lo importante y después lo urgente". En su Autobiografía, -titulada "Un viaje"-, Tony Blair confiesa: "No te rindas" ("Never give up") es el lema que guía mi trabajo".
7. Cada día, al menos, un descubrimiento, una sorpresa que nos enriquezca y nos haga ser mejores. Por ejemplo, "sólo Dios es feliz y hace felices". En el salmo 37, leemos: "Ten tu alegría en el Señor, y escuchará lo que pida tu corazón".
8. Cada día, al menos, un minuto o varios minutos de silencio, de reflexión personal, de examen de conciencia, para que el alma se serene y saboreemos la paz.
9. Cada dia, al menos, un encuentro que nos haga sentirnos acompañados o acompañar a los demás: con los padres, con los hijos, con los amigos, con los que pasan a nuestro lado o llaman a la puerta de nuestro corazón.
10. Cada dia, al menos, una mirada nueva para descubrir nuevos
1. Cada día, al menos, "un minuto para Dios ante el Sagrario". No olvidemos que para solucionar los problemas, "lo más eficaz es rezar ante el Santísimo".
2. Cada día, al menos, un breve saludo a la Santísima Virgen, nuestra Madre: el Ángelus, el rezo del rosario, la jaculatoria improvisada y cariñosa.
3. Cada día, al menos, tres minutos de lectura espiritual: el Evangelio, el Catecismo, la voz del Papa o de nuestros pastores.
4. Cada día, al menos, una perla para nuestra agenda: una idea nueva, un pensamiento feliz, un mensaje de luz y de esperanza. Algo así, por ejemplo: "Ser cristiano es dejar que Cristo acontezca en tu vida".
5. Cada día, al menos, un gesto hermoso en nuestra vida: una sonrisa cordial y amable, una palabra de aliento y de optimismo, un favor sacrificado y generoso, una limosna.
6. Cada día, al menos, un eslogan que nos haga caminar con ilusión, por ejemplo: "comprométete", o "primero lo importante y después lo urgente". En su Autobiografía, -titulada "Un viaje"-, Tony Blair confiesa: "No te rindas" ("Never give up") es el lema que guía mi trabajo".
7. Cada día, al menos, un descubrimiento, una sorpresa que nos enriquezca y nos haga ser mejores. Por ejemplo, "sólo Dios es feliz y hace felices". En el salmo 37, leemos: "Ten tu alegría en el Señor, y escuchará lo que pida tu corazón".
8. Cada día, al menos, un minuto o varios minutos de silencio, de reflexión personal, de examen de conciencia, para que el alma se serene y saboreemos la paz.
9. Cada dia, al menos, un encuentro que nos haga sentirnos acompañados o acompañar a los demás: con los padres, con los hijos, con los amigos, con los que pasan a nuestro lado o llaman a la puerta de nuestro corazón.
10. Cada dia, al menos, una mirada nueva para descubrir nuevos
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