¡Pero qué sarta de tonterías!

02 enero 2011 00:00

No hemos podido ir esta mañana a la Eucaristía por las Familias que se ha celebrado en Colón. Es el primer año que nos pasa y no nos ha gustado nada, pero diversos malestares nos han obligado a ello.

Y llevo un rato leyendo muchas tonterías en Internet. ¿Por qué le pica tanto a la gente no creyente que unas cuantas familias se reúnan a celebrar una misa al aire libre? Todavía lo entendería si se criticase a alguien, pero ¿una misa?

O es que lo que molesta es que haya tantos católicos. Los medios se afanan día a día en convencernos de que somos 4 los tontos que vamos a misa, que creemos en Dios, que formamos la Iglesia….. ¡y vienen estos, y en una mañana nos fastidian todo el tinglado!

Es un acto político de ultraderecha (del PP, claro), solo se meten con los guays, con ZP,…… ultraconsevadores, ultrahomófogos, ultramachistas, ultra, ultra, ultra….. cómo fastidia esto. Seguro que a más de un medio de comunicación, esto le hace replantearse su estrategia de (intento de) acoso y derribo de la JMJ2011. Estamos a menos de ocho meses y casi ni han empezado a meter caña. ¡mañana saldrá algo seguro! O a lo mejor, hoy mismo.

Lo alucinante es que, cualquiera que escuchase a Rouco por la radio el otro día, se daría cuenta de que, de su boca, no salió ni una sola crítica hacia nadie. Llamó a las cosas por su nombre, pero nada más. ¡Ultraconservador! ¡del PP!

Yo me preocupo cuando nadie nos dice nada, cuando no se meten sibilinamente ¡o directamente! Y estoy hasta los buñuelos (como los llama mi hijo pequeño) de las personas de Iglesia que no paran de quejarse y arremeter como lo hacen los otros. Muchos católicos viven en su angustia, dedicándose a denunciar en vez de anunciar. ¡Que se fijen en los que han hablado hoy en Colón! Aunque también los ha habido críticos, la gran mayoría ha proclamado a Jesucristo, que es lo único y verdaderamente importante.

Ah, y Feliz Año Nuevo. Os deseamos lo mejor para 2011, sobre todo que sigáis a Cristo, y vivamos la Jornada Mundial de la Juventud.

Eduardo Palanca