Viernes, 01 de noviembre de 2024
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Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí
Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras
Es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo
¿De dónde saca éste esa sabiduría? ¿No es el hijo del carpintero?
Les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura
Te doy gracias, Padre, porque así te ha parecido mejor
Aquí un muchacho tiene cinco panes de cebada y un par de peces
El Padre ama al Hijo y el que cree en el Hijo posee la vida eterna
Vuestras buenas obras den gloria al Padre que está en el cielo
A los que crean, en mi nombre les acompañarán estos signos
El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios
Trae tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo
Al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron
Se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades
¿Por qué os alarmáis? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona
¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?
Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro
Jesús les salió al encuentro y les dijo: Alegraos, no tengáis miedo
Vio las vendas y el sudario con que le habían cubierto la cabeza
El ángel corrió la piedra; los centinelas temblaron de miedo
Para esto he nacido y venido al mundo: para ser testigo de la verdad
Os he lavado los pies, también debéis lavaros los pies unos a otros
Uno de vosotros me va a entregar. ¿Soy yo acaso, Señor?
Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti
María le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera
El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar
Conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos
Si yo me glorificara a mi mismo, mi gloria no valdría nada
Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios
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