Pedro Jara es diácono permanente. Explica cómo fue su descubrimiento de la vocación. La ingeniería y las cosas mundanas le dejaban un hueco que le impedía amar.
Una vez sintió que le fallaba a un enfermo. En la India, con las calcutas, descubrió el servicio. Y ser diácono significa eso, ser servidor. Historia de vocación en 2 minutos. Es parte de un ciclo que ofrece Conferencia Episcopal Española sobre vocaciones.