Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

¿Qué es la perspectiva de género? Diez preguntas y respuestas

Bandera arcoiris.
Cuando la ideología de género consigue poder, suprime el debate e impone la censura y medidas discriminatorias y sancionadoras contra los disidentes, hasta convertirse, como en España, en ideología de Estado: Foto (contextual): Sharon McCutcheon / Unsplash.

por Josep Miró i Ardèvol

Opinión

La perspectiva de género vive su hegemonía por el poder que la acompaña, la mayor parte de la izquierda y el liberalismo, que tiene en ella un relato que enmascara las graves contradicciones e injusticias económicas. Pero también vive a expensas de la confusión que reina sobre lo que promueve realmente.

De ahí que deba ser conocida mejor, debatidos sus fundamentos, y contrastadas con la realidad sus conclusiones. Este es un mandato imperativo en una sociedad democrática. Y eso es lo contrario de lo que precisamente el gender pretende: que no se debata y se acepten ciegamente sus mandatos, fundamentos y criterios.

La perspectiva de género se presenta en términos confusos

La perspectiva de género se propaga mediante una extraordinaria confusión de su significado.

1. No es una simple sustitución gramatical

Algunos lo utilizan como sustituto erróneo del concepto gramatical de sexo, masculino o femenino, pensando que es una equivalencia. Es un error que introduce en el lenguaje una gran carga ideológica, que manipula su sentido.

2. No es solo sinónimo de equidad

Esta extendida su interpretación como expresión de la relación de equidad entre hombres y mujeres, la equidad de género, pero en su planteamiento desvía la atención de la causa fundamental, que no es solo ni principalmente aquella relación, sino que es la cuestión previa y fundamental de cómo se distribuye la productividad de la empresa entre el trabajo y el capital.

Muchas grandes empresas están encantadas en tratar la igualdad de género, pero se niegan en redondo a abordar el reparto de las ganancias de la productividad en términos menos desiguales para los trabajadores. La importancia de este hecho es ahora fundamental porque crece la desigualdad, se reduce la igualdad de oportunidades, la productividad no consigue crecer al ritmo de las décadas anteriores, y el reparto de sus beneficios es mucho más desigual. Una situación potencialmente objetiva que el gender desvía hacia otros debates.

3. La perspectiva de género no es una explicación científica de la realidad

Se trata de una ideología política, como pueda serlo el marxismo, el comunismo o el liberalismo, que, como todas ellas, persigue el poder. Surge de un planteamiento que destruye el concepto de naturaleza humana porque afirma que una realidad objetiva, natural, ecológica, el ser hombre o ser mujer, es consecuencia de la decisión subjetiva. Como dice uno de sus eslóganes, “Tu sexo está en tu cabeza”.

Nuestra concepción científica sobre la naturaleza de la vida está guiada por la evolución, que, a su vez, tiene uno de sus postulados fuertes en la adaptación de la especie para lograr su continuidad a lo largo del tiempo. La perspectiva de género, que propugna la multiplicidad y variación de las identidades sexuales, cuya idea más popular es la “salida del armario”, sostiene al mismo tiempo que la única condición irreversible es la de homosexual. Un heterosexual puede tomar conciencia, o desear la condición homosexual, pero éste tiene vetada la opción inversa e impone medidas legales coercitivas allí donde puede, para que los homosexuales que lo deseen no puedan en ningún caso ser tratados para revertir en heterosexuales.

Desde este punto de vista, la única condición estable de la especie humana, aquella a la que tiende por su irreversibilidad, es la homosexual, precisamente la que por sus especiales relaciones sexuales resulta de natural infecunda, un absurdo desde el punto de vista evolutivo, como es evidente por la composición de la población.

¿Qué es la perspectiva de género? Principios fundamentales

Parte del principio de subjetividad radical, de manera que uno no es hombre o mujer de acuerdo con su naturaleza, sino en función de su deseo que, además, resulta cambiante en función de la ocasión. Puede ser hombre, mujer o ambas cosas, o cualquiera de las identidades de género que en ella se contemplan.

Esta percepción subjetiva reclama unos derechos objetivos específicos que la sociedad debe reconocer mediante leyes y obligaciones, incluidas las de naturaleza económica. En las condiciones que define la perspectiva de género no existe el ser humano tal y como lo entendemos.

Los principios sobre los que se fundamenta son: la diferencia entre género y sexo; la primacía del primero sobre el segundo; la primacía de la cultura sobre la naturaleza, ello implica la variabilidad en el tiempo.

4. Diferencia entre género y sexo. Identidad de género y orientación sexual

El término género atribuye las diferencias entre hombre y mujer a una construcción cultural que da lugar a individuos que pueden cambiar su identidad a voluntad. Las leyes LGTBI definen cinco tipos de identidades: lésbica, gay, transexual, bisexual e intersexual. Otras leyes definen incluso más identidades: androginia, el cross-dressing, el genderqueer, el género fluido, etc.

Esta parodia de un diputado alemán es posible precisamente porque la gran mayoría de referencias que utiliza corresponden a identidades surgidas de la teoría de género.

El sexo es una realidad biológica que comporta diferencias biológicas y psicológicas entre el hombre y la mujer, y queda determinado en la concepción.

5. Identidad y orientación sexual no siempre son coincidentes

Se pueden dar todo tipo de cruces entre identidades y orientación sexual. No son, por tanto, necesariamente coincidentes. Estos cruces pueden variar con el tiempo.

6. Consecuencias de la teoría de género

Solo un 5% de la población puede describirse de acuerdo con esta ideología. A pesar de ello, persigue que la legislación y la gobernanza del conjunto de la sociedad se realicen a partir de sus presupuestos. Ello da lugar a legislaciones de privilegios grupales LGBTI, se alteran las instituciones y se orientan las funciones a fines distintos a los que deben tener; desarrolla la anomía social, de manera que la sociedad es incapaz de generar la respuesta a aquellas necesidades que ella misma exige.

Dos ejemplos bien distintos pueden ilustrarlo: la institución del matrimonio implica un reconocimiento especial, no en función de la naturaleza del amor de los cónyuges sino como ámbito privilegiado para la procreación, cuidado y educación de los hijos. Con su transformación por el matrimonio homosexual, la primacía de la descendencia desaparece o se torna secundaria, y surge como fin principal o exclusivo la relación sexual-afectiva, dando lugar a una institución muy distinta basada en la satisfacción mutua del deseo, y no en la procuración del bien de un tercero como fin principal.

Otro ejemplo que está relacionado con la función lo encontramos en el intento de imponer los lavabos unisex para evitar presuntas discriminaciones de los transexuales. Los servicios separados para hombres y mujeres fueron un avance en los servicios públicos desde el punto de vista de las necesidades y prácticas distintas de hombres y mujeres, de las condiciones higiénicas, de su capacidad funcional, de su intimidad, incluso en determinados contextos, seguridad. Por razones ideológicas ahora este progreso es rechazado.

Otras consecuencias graves son:

a) La fragmentación de la condición humana, situando múltiples e indeterminadas identidades relacionadas solo y exclusivamente con su posición subjetiva en cuanto a las relaciones sexuales. Al final son solo las prácticas o preferencias sexuales las que determinan la identidad humana, negando la importancia de todas sus restantes dimensiones y el desarrollo equilibrado de las mismas como tarea principal de la humanización.

b) Se atenta contra la tradición cultural de Occidente, estableciendo pseudo-derechos que se aplican a las diferentes identidades sexuales.

c) Se favorece la cultura de la desvinculación, en la que el deseo es convertido en derecho y se prohíbe lo que no coincide con lo deseado.

d) El hombre y la mujer dejan de existir como realidades objetivas. La maternidad queda relegada y ya no constituye el centro de la sociedad.

e) Identidades a lo largo del tiempo. Resulta imposible dilucidar con quién uno se está casando.

f) Tiene consecuencias sobre el sistema económico y el Estado de bienestar, y para la organización de la sociedad. En una sociedad de género el estado del bienestar es inviable.

7. Raíces homosexuales de la teoría de género

La teoría de género nace de una visión lésbica de los roles hombre-mujer, que deja de lado o aporta respuestas contradictorias al tratamiento de las situaciones reales de la mujer como son la maternidad, la viudedad y la posición legal ante la prostitución.

8. Una nueva lucha de clases

La estrategia de la perspectiva de género consiste en alinearse como colectivo vulnerable y actuar a modo de lucha de clases en función de las preferencias sexuales, en la que la mujer y las personas LGBTI son el equivalente de la clase obrera explotada por la burguesía propietaria de los medios de producción representada por el hombre.

Esta lógica grosera de la dialéctica de clases marxista es incompatible con la ontología liberal que acompaña al movimiento, porque no contempla la individualidad de las personas, sino sus clases, y las motivaciones de aquellas como tales en términos de poder. Los hombres, todos, discriminan a las mujeres porque las quieren fuera del poder que ellos detentan y esta es la síntesis del feminismo basado en el género, que poco tiene que ver con aquel que defiende la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

9. Apoyo de las élites económicas

En una sociedad globalizada, el conflicto de la perspectiva de género enmascara el conflicto real relacionado con la generación de la desigualdad económica excesiva, que surge de la distinta posición que cada persona detenta en los medios de producción, y la naturaleza de los mismos, y también las distintas lógicas en la distribución de los resultados de la productividad y la desigualdad entre retribución del capital y del trabajo. Todo esto, más el paro crónico y la falta de igualdad de oportunidades que generan, junto con las familias desestructuradas, pobreza y exclusión, beneficia a la situación establecida y por ello a las élites económicas.

10. Dogmatismo radical

No se admite ni la discrepancia ni el diálogo con quien defienda otras posturas, llegando hasta el extremo de coartar la libertad de opinión y expresión. Mediante el desarrollo de legislación represiva impone esta ideología en la educación, y donde puede la consagra como ideología de Estado, como sucede, entre otros pocos países más, en el caso de España.

El resultado de este dogmatismo es que allí donde consigue la hegemonía, implanta leyes discriminatorias.

Publicado en Forum Libertas.

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