El buffet de Tony Blair
Tony Blair está siendo engañado por la Iglesia que él abrazó. También la Iglesia está siendo engañada por un Blair que si hubiese sido bien catequizado podría ser un poderoso testigo para la verdad de la Iglesia católica.
por George Weigel
Durante la pasada Cuaresma, Tony Blair declaró en el transcurso de una entrevista mantenida con la revista para homosexuales Attitude que la férrea actitud del Papa Benedicto XVI hacia el comportamiento de los homosexuales es menos tolerante que la de muchos católicos comunes. «La Iglesia católica realiza numerosas obras buenas y maravillosas», declaró el antiguo Primer Ministro Británico recientemente convertido al catolicismo, «y el Papa mantiene una posición muy acertada en algunos asuntos, pero creo que lo interesante es que si alguien fuese un domingo a una Iglesia católica, especialmente a una muy concurrida, y realizase un sondeo a los fieles, se sorprendería al ver lo liberales que son». ¡Qué alivio! Comenzaba a temer que la conversión de Blair desencadenase una serie de acontecimientos que provocasen la muerte de homosexuales quemados en la hoguera por todo el territorio de su Majestad Británica. En diciembre de 2007, al ser recibido en el seno de la Iglesia Católica, Tony Blair declaró: «Creo y profeso que todo lo que la Iglesia católica cree, enseña y predica ha sido revelado por Dios.» Entre las doctrinas reveladas por Dios que la Iglesia católica cree, enseña y predica está la verdad sobre la persona humana, la cual incluye la verdad sobre la naturaleza sexual del ser humano, lo que incluye la verdad que afirma que los actos homosexuales son intrínsecamente trastornados. Entonces, ¿qué está pasando? Sólo puede haber dos posibildades. La primera es que el Sr. Blair entendiese lo que dijo durante su recepción de la comunión eucarística, pero no creyese las palabras que articuló. Es decir, hizo un juramento falso. Esto es poco probable si tenemos en cuenta el registro público que demuestra que es un hombre de honor que se mantiene firme ante sus convicciones, ya sean buenas o malas, bien o mal acogidas. La segunda posibilidad es que el Sr. Blair fuese catequizado de forma deplorable para su recepción de la comunión eucarística. Esto parece más probable y encaja perfectamente con un hecho que tiene relación con este caso. La mujer del Sr. Blair, Cherie, alberga puntos de vista dudosos sobre la educación sexual del ser humano que imparte la Iglesia. Por ello, puede que el nuevo arzobispo de Westminster, Vicent Nichols, quiera echar un vistazo al estado de las catequesis impartidas en los principales centros católicos de Inglaterra. No como un castigo (a pesar de que alguien ha descuidado sus tareas), sino como una forma de aprovechar la oportunidad de recodar a los católicos ingleses que la defensa de la dignidad de la persona humana que mantiene la Iglesia (que el Sr. Blair celebra) implica la doctrina sexual (que el Sr. Blair condena o, al menos, no aprueba). Durante la entrevista, Blair comparó la situación de las comunidades religiosas que albergan creencias morales clásicas con los partidos políticos que se están contra las cuerdas: «Puedes o bien… conservar el voto tradicional y decir “No lo modifiquemos porque si lo hiciésemos puede que paerdiéramos lo que tenemos y al menos ahora tenemos lo que tenemos, así que conservémoslo”, o también puedes decir “Aceptemos que el mundo está cambiando y trabajemos juntos para liderar ese cambio y realmente poder alcanzarlo”». Plan B. Podemos estar seguros de que esto no le ocurrió a Edmund Campion cuando se le ató al potro de tortura durante la Reforma Inglesa. Hay algo terriblemente triste sobre este asunto. Por lo que dice todo el mundo, Tony Blair es un hombre que profesa la religión seriamente y alberga amplios intereses espirituales; del mismo modo es evidente que es un hombre inteligente. Sin embargo, si valoramos la entrevista con la revista Attitude, podríamos decir que está mal informado sobre la naturaleza de la Iglesia y desconoce el «sí» detrás del «no» de la Iglesia hacia la moralidad de los actos homosexuales (que representa un «sí» hacia el amor sexual dentro del matrimonio). Y si valoramos la conferencia que Blair celebró en la Catedral de Westminster poco después de esta entrevista, podríamos decir que apenas conoce la doctrina social de la Iglesia y que en su lugar prefiere una mezcolanza de devociones izquierdistas. Tony Blair está siendo engañado por la Iglesia que él abrazó. También la Iglesia está siendo engañada por un Blair que si hubiese sido bien catequizado podría ser un poderoso testigo para la verdad de la Iglesia católica en un momento en el que la verdad, una verdad profundamente humanística, se encuentra bajo un encarnizado ataque. ¿Arzobispo Nichols? George Weigel es un distinguido decano del centro Ethics and Public Policy Center en Washington, D.C. La columna de Weigel fue publicada por el Denver Catholic Register, el periódico oficial de la archidiócesis de Denver.
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