Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Semana Santa, "New Age" y un pueblo de Zamora


Con pipas o sin pipas, ritos de sanación y otras prácticas de la nueva religiosidad quieren ocupar el corazón de las personas. ¿No se trata de una regresión? Desde luego, se da una despersonalización de la experiencia religiosa, al remitir al ser humano a fuerzas y energías, a conceptos abstractos.

por Luis Santamaría del Río

Día 8 de abril de 2009. Miércoles santo. Por la mañana, en la catedral de Zamora tiene lugar la celebración de la Misa Crismal, presidida por el obispo y concelebrada por más de un centenar de sacerdotes en el día en que renuevan sus promesas. En el mismo lugar, algunos miembros de la Cofradía del Cristo de las Injurias (los de la célebre procesión del Silencio) ultiman los preparativos para desfilar esa misma tarde. A primera vista, todo es normal en la Semana Santa de Zamora.

Sin embargo, a sólo 46 kilómetros de la capital, en torno a la Ermita de la Virgen de Gracia (en el término municipal de Villamor de Cadozos, cerca de Almeida de Sayago) se celebra una curiosa ceremonia: la “Bendición de la Pipa del Corazón Único”.

¿Un rito más para esta Semana de Pasión? ¿O una irrupción de la nueva espiritualidad en la comarca zamorana de Sayago? ¿De qué se trata, y qué significa esta bendición?

Todo un evento internacional, que ha pasado desapercibido para los medios de comunicación.

Por Internet ha podido verse la convocatoria “Almeida - April 8th - Blessing of the Oneheart Pipe”.

En resumen, se trata de la visita de Roy Littlesun, un septuagenario indígena norteamericano (de la tribu hopi) que viaja por el mundo con un mensaje espiritual. Este hombre era granjero y sanador, y en Arizona, en la tierra que perteneció a sus antepasados, descubrió la misión a la que ellos mismos le llamaban.

Una misión de pacificar el mundo y sanarlo de sus heridas, a través de prácticas de lo más estrambóticas.

La primera: “plantar el Maíz Sagrado Azul, abuelo de todos los maíces de la humanidad y alimento sanador”, unas semillas con poderes benéficos y que nos remiten al origen de la realidad.

La segunda: las Ruedas Medicinales, “un círculo de piedra que se construye como un mapa de orientación universal y funciona como portal de comunicación con el mundo”.

La tercera: la Danza del Corazón Único, un baile que une al hombre con el cosmos en un profundo vínculo espiritual.

Y la cuarta práctica que forma parte de la misión de este curioso indio (si se me permite la expresión, que nos recuerda a las películas del Oeste) es la que se ha celebrado en tierras zamoranas. La Bendición de la Pipa del Corazón Único.

Así explicaba en una reciente entrevista Littlesun el sentido de esta ceremonia:

“La Pipa del Corazón Único simboliza la unión entre el Cielo y la Tierra y será utilizada para invocar la paz y el perdón de las heridas antiguas. La Pipa viajará por las cuatro direcciones de España, siendo bendecida en cada ceremonia con la mezcla del tabaco original y el tabaco puro español para que su activación haga resonar a los ancestros españoles. Una vez terminada la peregrinación por las cuatro direcciones y el centro de España, la Pipa volverá a Arizona, donde se le ofrecerá a los indios Hopis que, tras aceptarla, tallarán el mango de la cazoleta a su medida y mezclarán el tabaco Hopi con el tabaco español para utilizarla a partir de entonces en sus ceremonias rituales. Luego, la Pipa del Corazón Único viajará por toda América, de norte a sur, de este a oeste. Y volverá a España, habiendo sanado parte de las heridas, y completar la sanación de la otra parte de la herida, la española”.

Por lo que se ve, el fin es muy loable: la reconciliación y la paz. Y el procedimiento está tomado de la espiritualidad de los indios hopi.

No es nada extraño que abunden iniciativas como ésta, que pretende retomar doctrina y práctica de una comunidad indígena del pasado.

La Nueva Era, ese conglomerado cultural y espiritual sincrético que se extiende por todo el mundo, tiene como uno de sus apartados importantes el “neoindigenismo”, esta recuperación nostálgica de otras cosmovisiones.

Podemos fijarnos en algunas de las características del evento que estoy comentando para ver cómo funciona esta forma de pensar.

- El mal es debido a la ignorancia. El conocimiento profundo de la realidad llevará a una mejora de todas las cosas. Se trata de una concepción gnóstica del mundo, que da el protagonismo a los conocedores o iniciados.

- La ley absoluta, la constante de la realidad, es el cambio. A través de él se llegará a la paz, que “sólo podrán conseguirla personas que actúen desde el Corazón”. El mundo actual necesita este cambio, que consiste en unir la mente y el corazón, lo intelectual y lo afectivo.

- Se habla del Creador de forma genérica, nunca hay referencias a un Dios personal. Más bien se observa una divinización de la naturaleza y sus fuerzas, de la Madre Tierra, de los astros…

- Siempre tiene que haber un elemento que se enfrente al cristianismo. Recordemos que la fe cristiana es la principal “rival” a unas espiritualidades que se sienten alternativas y, en muchas ocasiones, “víctimas históricas” de la Iglesia, que impuso un sistema de poder que ahogó toda religiosidad natural en el hombre.

En este caso que nos ocupa, se repite una y otra vez que la Inquisición acabó con la unión de mente y corazón, y es necesario sanar las heridas que infligió a la humanidad.

Por eso España es, según los convocantes, “el país con mayor potencial para entregar esta Medicina”. Volviendo a lo concreto de la ceremonia que se celebró en Sayago, es interesante reseñar que en la invitación se citaba especialmente a las autoridades: la Casa Real, el Gobierno y las confesiones religiosas. Por eso los organizadores afirmaban: “necesitamos Líderes capaces de enseñar a la humanidad desde el Corazón”.

Y se decía: “les invitamos a venir con una pequeña cantidad de tabaco puro que se añadirá al que muchas personas de toda España ya han ofrecido en ceremonia. Estas bendiciones de Corazón serán de gran inspiración para el Mundo”. Desde aquí, última oportunidad en España, este tabaco será enviado, todo mezclado y bendecido, a las tierras de los indígenas norteamericanos. El Viernes Santo, de vuelta a Arizona, “donde se celebrará el gran encuentro del Retorno de los Ancestros”. Será el inicio de una “sanación global”.

Leemos otros datos interesantes sobre esta celebración indigenista: “El Corazón Global tiene que fundirse y España puede ser la iniciadora del proceso de sanación de las consecuencias de la abyecta Inquisición, por haber sido el factor principal para que ésta llegara a las Américas. La Bendición del Tabaco se celebrará en la Iglesia más antigua de Almeida y Bermillo de Sayago (Ermita de Gracia) y todos los líderes y el pueblo de España están invitados a bendecir el Tabaco que porten. Como esta invitación nace del Corazón, no habrá Alfombra Roja para nadie. Después de todo, todos somos Uno, y éste es el mismo principio de la Paz”.

La Nueva Era continúa presente en la sociedad actual. A veces, sin que se perciba demasiado. A veces, en lugares pequeños y no muy transitados. Pero sigue habiendo un público que participa de estas actividades.

Aquí, en concreto, es en torno al Balneario que hay en Almeida, y que en los próximos meses albergará otras actividades “espirituales”, como un retiro taoísta o un encuentro de “sanadores del agua” organizado por una astróloga. Mientras unos hemos celebrado la Semana Santa, otros han estado con las energías de la naturaleza, adorando a Gaia, la Madre Tierra.

Eso sí, junto a una ermita. Y no precisamente por la devoción mariana de los que profesan estas espiritualidades.

Los santuarios son “lugares de poder” para esta gente. Sobre todo cuando, como parece ser en este caso, se encuentran en lugares que ya contaban con cultos precristianos. Con pipas o sin pipas, ritos de sanación y otras prácticas de la nueva religiosidad quieren ocupar el corazón de las personas.

¿No se trata de una regresión? Desde luego, se da una despersonalización de la experiencia religiosa, al remitir al ser humano a fuerzas y energías, a conceptos abstractos. Al final todo queda en introspección y conocimiento, en magia y gnosis. No hay fe, ni una razón fundada para la esperanza. Todo este lenguaje de sanación me recuerda, más bien, al de aplacar fuerzas desconocidas que atemorizan al hombre. No creo que sea nada verdaderamente liberador.

Luis Santamaría del Río
, sacerdote
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