Miércoles, 11 de septiembre de 2024

Religión en Libertad

El prisionero de las dos coronas: Maximiliano Kolbe

San Maximiliano Kolbe.
La Iglesia celebra el 14 de agosto la festividad de San Maximiliano Kolbe (1894-1941).

por Angélica Barragán

Opinión

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San Maximiliano Kolbe es universalmente conocido por el heroico acto de ofrecerse en lugar de otro prisionero a ser ejecutado en el campo de concentración de Auschwitz. Sin embargo, dicha acción es solo el culmen de una vida movida por el deseo de atraer al mayor número posible de almas a Cristo, bajo el amparo y guía de la Inmaculada Virgen María.

Raymond, como fue bautizado, nació el 8 de enero de 1894 en Zduńska Wola, actual Polonia, entonces parte del Imperio Ruso. Hijo segundo de una familia humilde y muy devota se ganaba, por sus travesuras, las reprimendas de su madre, quien en una ocasión, después de castigarle, exclamó: "Hijo, ¿qué será de ti?" Esto impactó tanto al niño que cambió de actitud y empezó a pasar su tiempo libre en oración.

Un día, mientras rezaba, le pidió a Nuestra Señora le mostrara lo que sería de él. Entonces, la Virgen se le apareció sosteniendo en sus manos dos coronas, una blanca (representando la pureza) y otra roja (el martirio), y le preguntó si estaba dispuesto a elegir alguna de ellas. Él, sin dudarlo, respondió que aceptaba ambas.

Cuando tenía 13 años ingresó, junto con su hermano mayor, al seminario menor de los franciscanos conventuales. En 1910 comienza el noviciado y elige el nombre religioso de Maximiliano. En 1912, debido a sus dotes intelectuales, es enviado a estudiar a Roma. En 1914 hace sus votos perpetuos adoptando el nombre adicional de María y más tarde se doctora en filosofía y en teología.

Mientras estudiaba en Roma, Kolbe fue testigo de horrendas manifestaciones que, como parte de la celebración del bicentenario de 1917, los masones realizaron a las puertas de San Pedro portando amenazantes carteles y gritando consignas que anunciaban la victoria de Satanás sobre el Vaticano. Maximiliano, al darse cuenta del peligro, proveniente especialmente del modernismo (suma de herejías de inspiración masónica) que enfrentaba la Iglesia, funda, aún antes de ser ordenado presbítero, el Ejército de la Inmaculada [Militia Immaculatae] a fin de combatir, bajo la poderosa protección e intercesión de María, los errores promovidos por la masonería y trabajar por la conversión de los pecadores. De ahí que, a la oración de la Medalla Milagrosa “Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”, añadiese "y por todos aquellos que no recurren a Vos, especialmente los masones, y por todos aquellos que Os han recomendado”.

En 1918 es ordenado sacerdote y unos meses después es diagnosticado de tuberculosis (además, desde los 20 años vivía con un solo pulmón). Pese a esto, su celo por la conversión de las almas lo llevó a publicar una revista a fin de proteger a los fieles de la herejía modernista y promover la devoción a Nuestra Señora. Sin embargo, el convento no podía sufragar los gastos correspondientes, por lo que recurre, con gran confianza, a la Santísima Virgen. A continuación, Maximiliano recibe una donación anónima con la cantidad de dinero que necesitaba. Sus superiores, impresionados con el suceso, le permitieron usar el dinero para la revista. Esta tuvo un éxito extraordinario a pesar de los múltiples esfuerzos de los enemigos de la iglesia por boicotearla.

Aunado a ello, funda un monasterio franciscano conventual en Niepokalanów, cerca de Varsovia, lugar donde instituye la Adoración Perpetua. Además, tenía la virtud de no empezar una tarea sin antes realizar un acto de adoración al Santísimo Sacramento.

Su infatigable afán por llevar el evangelio a todos los confines de la tierra lo llevó, en 1930, hasta Japón, en donde, sin dinero y sin hablar el idioma, logra, bajo la poderosísima intercesión de la Santísima Virgen, construir un monasterio en la ciudad de Nagasaki. Cuando años más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lanza una bomba atómica sobre la ciudad, el único daño que sufrió la construcción fueron unos pocos cristales rotos.

'Dos coronas' (2017), la película de Michal Kondrat sobre el padre Kolbe.

En 1936, Kolbe es relegido superior de Niepokalanow, donde permanecerá continuando con su trabajo misionero, para lo cual utilizará todos los nuevos medios tecnológicos disponibles hasta el momento, al grado de fundar una estación de radio.

En 1939, Alemania invade Polonia y el convento empieza a acoger refugiados, varios de ellos judíos. En 1941 el padre Maximiliano es arrestado junto con otros cuatro frailes y poco después es enviado a Auschwitz en donde, arriesgando su vida, confiesa y predica a sus compañeros. A finales de julio, un prisionero logra escapar del campo de concentración, por lo que, el comandante, en represalia, elige a diez hombres a fin de matarlos lentamente de hambre. Uno de los hombres seleccionados, Franciszek Gajowniczek, suplica al alemán le perdone la vida pues tiene esposa e hijos. Para sorpresa de todos, el padre Kolbe se ofrece a ocupar su lugar por lo que es encerrado, con los otros 9 prisioneros, en un búnker. Después de casi dos semanas sin recibir ni agua ni alimento, Kolbe continuaba vivo por lo que le fue aplicada una inyección letal. Era el 14 de agosto de 1941, víspera de la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, en quien Kolbe depositase, en todo momento, su total confianza.

Ante la generalizada impiedad actual, recurramos a María y roguemos a San Maximiliano María Kolbe que, siguiendo su ejemplo, nos dejemos conducir por las inmaculadas manos de la Santísima Virgen confiándole todas nuestras empresas, y en especial a nuestras familias, con la certidumbre, de que no hay nadie que haya acudido a Ella que no haya sido escuchado. Y así, podamos exclamar como nuestro santo: “¡Veo a María en todas partes, no veo dificultades en ninguna parte!

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